domingo, 24 de julio de 2011

Añoranza del piropo

Añoranza del piropo

Confieso -aunque peque de presumida-  que una de las cosas que más extraño de mi tierra caribeña son los halagos callejeros, que para mí es lo que son los piropos. No entiendo cómo hay mujeres que dicen  molestarse con este tipo de cumplidos (de los que excluyo por supuesto las vulgaridades y obscenidades que lanzan los misóginos, desadaptados sociales) cuando son una señal de reconocimiento, de que la señora o señorita en cuestión no pasa desapercibida con sus atributos –como defiende el periodista Alberto Salcedo en su "Elogio del Piropo"  o  por la forma como luce ese día,  ese momento en particular.

Un piropo es como un signo de que una sociedad  es vital y alegre, que conserva la capacidad de regodearse con la belleza que le entra por los ojos, a pesar de los problemas que la aquejan.  Esta especie de definición me la invento yo y aplicaría sólo para el trópico, como se llama al Caribe por acá.  Sin embargo, el piropo no es patrimonio exclusivo de ninguna zona: está o estuvo vigente en  España,   en muchos países de cultura mediterránea y, por supuesto, en todos los países y ciudades de habla  hispana y otras partes del mundo.


He notado al navegar por Internet, tratando de ahondar un poco en el tema, de que en algunas páginas españolas se habla de que el piropo forma parte del pasado, mientras que en otras se habla del mismo como una parte de la vida cotidiana (páginas latinoamericanas), y para otras no ser otra cosa que una forma de acoso sexual.


En “Me gustaría ser baldosa…”, trabajo de investigación de una estudiante de lengua y literatura hispana de la Universidad de Göteborg (Suecia), se señala:  “No sorprende que el piropo actual no despierte tanto interés como objeto de estudio. El argumento más fuerte a favor de que el piropo brille por su ausencia en la calle suele ser que su vertiente ‘romántica y halagadora’ ha desaparecido, para dar paso a la vulgar que involucra una carga sexual o injuriosa fuerte”.


El piropo,  a este lado del charco,  es  visto entonces como “una práctica machista, pues desde la biología del hombre se ha aceptado ese deseo sexual que se tiene hacia la mujer, y asimismo, del derecho a expresarlo libremente. En estos casos, la mujer se ve obligada (¿?)  a convivir con este acto que muchas veces ha afectado su dignidad y ha transgredido sus límites como persona, en cuanto a que es evaluada abiertamente en contra de su voluntad, resaltando sus atributos y cosificándola, sin que ella lo desee”. Y continúa “Podría sonar muy feminista, pero estas formas de expresión invaden la privacidad y modifican   la conducta de la mujer, pues es abordada sin previo aviso, por mensajes que muchas veces destruyen su personalidad(¡!)”. Vaya, por Dios!.


Por fortuna, soy de una tierra donde el piropo sigue “vivito y coleando” y no es visto como un atropello, creo que para la inmensa mayoría de mujeres,  y más bien pobres  de aquellas que se vean privadas de esta especie de terapia para la autoestima. Doy  cuenta a continuación  de sus orígenes y motivaciones,  para lo cual me remito al mismo trabajo de investigación.


"No fue hasta  el siglo XX que el piropo se convirtió en objeto de estudio, inicialmente por su “morfología y estilística”. Pero con el transcurso del tiempo el fenómeno también fue cobrando interés por su valor sociocultural, tanto en el mundo hispanohablante como en otros países del mundo (Calvo Carilla, Suárez-Orozco)".


Según Gabriela Presig -investigadora venezolana citada en la investigación que nos ocupa- “el piropo se ha nutrido en gran medida del teatro castizo, y es fruto del majismo y los majos del siglo dieciocho, cuya forma de piropear era muy distinta a la de las clases altas. El lenguaje espontáneo, chistoso y atrevido que tenía el pueblo y los majos cuando cortejaban, y que también ocupó los escenarios y apareció en obras literarias, entretenía y hechizaba a los espectadores".


Tan vulgares le llegaron a parecer los piropos al dictador Primo de Rivera que en la primera mitad del siglo pasado prohibió su uso en la calle, una ley que con el paso de tiempo se borró (Suárez-Orozco 113).´*

El mismo trabajo apunta "Tanto la investigadora venezolana como Calvo Carilla estiman que fueron sobre todo los cambios socio-culturales que sufrió España en los años 60 que causaron su decadencia, causas que se pueden resumir en una sola: la evolución de la posición de la mujer." De tal suerte que las féminas emancipadas de esa época, y por ende las de ahora, no quieren ser  objeto de halagos callejeros, no sea que se les vea sólo como "una cosa" y ay de quien se atreva a denigrarlas: pueden  llevarse  un par de "ostias". 


Pues sí, señoras y señores, así de complicado está el tema, cuando el pobre piropo debería ser visto como  manifestación surgida de la necesidad del hombre de comunicarse con el otro; en este caso la necesidad del hombre de tener un contacto e intercambio con su más cercana compañera, la mujer. El piropo es simple y llanamente como  una primera forma de sexualidad aunque  ninguno de los que se han dedicado a estudiarlo en rigor negarían su actitud ambigua (unas veces ensalza otras puede resultar soez).


Ante semejante embrollo,  los hombres españoles,  de cierta edad aclaro,   han optado por callar, y lo máximo  a lo que uno puede aspirar  es un tímido “Adiós, guapa!” o una simple mirada. Hace falta el salero de los piropos por las calles para que valga la pena emperifollarse.  


*Idem






sábado, 16 de julio de 2011

La devoción a la Virgen del Carmen


Hoy se celebra la festividad de la Virgen del Carmen por eso quiero rendir un humilde tributo a la que en mi infancia fue una de las festividades preferidas. 

Según la tradición, las fiestas de Nuestra Señora del Carmen, en los pueblos de la Corona Española de América, fue instituida desde 1643 por el Rey católico Don Juan Batistas Sáenz de Navarrete, las que llamó “Patrocinio de la Virgen”. Es así como desde el 16 de julio del mismo año se vienen celebrando las festividades de la Virgen del Carmen en toda Colombia y Latinoamérica.

En España, esta Virgen es una de las más arraigadas y  prácticamente todos los pueblos y ciudades de las costas españolas le  rinden culto, organizando, además de las procesiones, romerías marítimas. El gremio de pescadores la  nombró en su día su fiel protectora y además la Marina Española le ha concedido el título de patrona. Por esta razón, la Virgen del Carmen es conocida como «la Estrella de los Mares» (Stella Maris). En Latinoamérica  también es  patrona del Ejército en países como Chile y Venezuela;  en Bolivia, es la patrona de la Nación y de sus Fuerzas Armadas, pero la que se lleva el galardón de patronatos es Colombia: patrona y reina de las Fuerzas Armadas, de la Policía Nacional, la Infantería de Marina y la Fuerza Aérea. También es patrona del Cuerpo de Bomberos, y de los conductores (muleros y camioneros), navegantes, ferroviarios, aviadores, mineros, toreros y comerciantes.
La veneración que le tienen los chóferes de mi país a la Virgen es admirable. Es común ver en las carreteras colombianas santuarios levantados en su honor con decenas de velas alrededor, puestas por los profesionales del volante que pasan por el lugar y se detienen a orarle. Igualmente, los conductores mandan bendecir escapularios e imágenes que cuelgan y pegan en sus vehículos a manera de escudo protector. Pero el epicentro de la devoción es el Caribe, donde los conductores de chalupas (embarcaciones utilizadas en formaciones de agua dulce)  salen en procesión por el río Magdalena, llevando la imagen escoltada. Luego, los transportadores terrestres llevan la imagen en una gigantesca caravana en la que hacen sonar las bocinas de los automóviles por los pueblos por donde pasan.
 Sin embargo, es  El Carmen de Bolívar, la llamada “Villa Meritoria”, la que destaca por la fervorosa procesión a la Virgen del Monte de Carmelo, con el mismo espíritu cristiano de hace más de dos siglos. Durante nueve días y nueve noches se celebran rosarios de aurora, y novenas en su honor, acompañadas de música de papayeras; gaitas y conjuntos vallenatos, “bolas de candela”, “vacas locas"…, todo eso en medio de un  tronar de voladores, recámaras, cohetes en grandes cantidades, que se encargan de anunciar que las fiestas comienzan, y en la víspera del festejo, los conductores realizan una caravana de vehículos por las principales vías del pueblo, con la imagen de la Virgen.
 
A las horas que escribo esto en mi pueblo natal, Córdoba (Bolívar), estarán dando a la Virgen su serenata mañanera por cuenta de alguna prestigiosa banda de la sabanas de Sucre. Sólo espero que este año los actos religiosos en todas las ciudades y pueblos de Colombia donde se celebren, no sean opacados por la ingesta de alcohol durante las procesiones. Que tanta manifestación de fe no quede en saco roto. Necesitamos la intercesión de la  Virgen en estos tiempos difíciles que corren.

Un abrazo para todos,
               www.elcarmendebolivar.blogsport.com
               www.ine.es
               Wikipedia
               Portal de la red de pueblos patrimonio de Colombia.

viernes, 8 de julio de 2011

Hasta que me decidí




Hace 5 años, desde que me vine a la madre patria, que no escribo nada de carácter periodístico.  Este blog no tiene pretensiones periodísticas  y lo he abierto porque creo que ya es hora de romper ese ostracismo voluntario en el que me he sumido.  Es hora de retomar el contacto con tantos amigos y amigas que he dejado  y creo que desde esta otra orilla, muchas de las cosas que acontecen en mi querida Colombia se ven con otra perspectiva.

Así es que hablaré de diversas cosas, menos de política (en lo posible) tratando siempre de resaltar lo bello y lo bueno que tiene esa tierra bendita y privilegiada en la que nací. Muchas veces me  referiré a España para destacar lo que acontece aquí, sus tradiciones, sus festejos, tratando de destacar el legado que hizo a los pueblos hispanoamericanos en todos los aspectos culturales.

Esto de hacer la primera “entrada” en el blog, es decir, el primer apunte, no es fácil. Para mí es como lanzarse al agua sin saber nadar, pero confío en mi instinto y trataré de salir a flote, esperando que lo que transmita pueda resultar del interés de mis lectores.

Había pensado en escribir sobre la biodiversidad en la que es tan rica nuestro país,  así lo había prometido a Ester Eiros, directora del programa “Gente Viajera” que se emite los fines de semana a través de una importante cadena de radio, y a quien me había dirigido para agradecerle el tiempo que dedicó a hablar de los atractivos turísticos de Colombia.  Me conmovió tanto el reportaje  de uno de sus colaboradores, Enrique Domínguez Uceta,  que me animé a escribir un correo electrónico para agradecer su gentileza y para contarle que oír hablar de manera tan amplia, tan constructiva de Colombia, me había animado a hacer por fin mi contribución, pero hablar de biodiversidad podría resultar un bodrio para un primer tema,  así es que mejor escribo sobre algo que desate un poquito de  controversia, pensé. 

Y aquí me tienen, divagando en qué tema abordar. Son tantas cosas que quisiera comentar a través de esta bitácora, bendito invento de internet, que no sé por dónde empezar.

Pero  esta  mañana ¡Eureka!:  me llegó un correo de una compañera de universidad, con la que intercambio “forwards” y uno que otro mensaje personal en la que me transcribe un testimonio, para la revista Soho,  de María Elvira Samper acerca de la sagrada institución del matrimonio.

Me he divertido mucho, y para los que tengan curiosidad ahí les va el link: http://www.soho.com.co/odios/articulo/mi-problema-con-el-matrimonio/7348

A mi amiga, que se ha mantenido soltera, le  respondo  que sí que el matrimonio es eso: un servicio militar obligatorio para muchos, y una sociedad que aunque sea conyugal no deja de ser eso, pero en el caso de nuestra aludida, tenía una razón muy poderosa para el aguante: ser la esposa de uno de los hombres más guapos y elegantes de Colombia y así ¿quién no?. Lo extraño es que ella, siendo una señora de bien (buena familia, buena posición, buena pinta) lo haya tenido que soportar, y  que aquí en España, a un tío de esos lo mandan a tomar por culo (se dice así cuando se manda a algo o alguien al carajo) porque en este país el matriarcado, a pesar de la igualdad tan reclamada  y tan cacareada, es una institución vigente. La mujer es la que manda ¡y se acabó! (claro que penosamente hay casos de violencia de género donde la mujer lleva la peor parte, pero ese no es el tema).  Será por eso que las latinas, a pesar de la mala fama que tenemos de ser esquilmadoras (no todas, eh) cotizan por ser  dulces, amorosas, llevaderas… y otras bondades, que se intuyen pero las de que no se puede hablar. Y me perdonan que me haya desviado tanto del tema. De la biodiversidad en  lo que he terminado... pero son gajes del oficio. 

Bien, amigas y amigos, gracias por haberme leído. Un abrazo enorme para todos,