martes, 29 de enero de 2013

En defensa de nuestro símbolo


  
Una avalancha de sombreros chinos, que imitan  el sombrero vueltiao,  empezó a entrar  a Colombia a finales del año pasado.

Nuestro declarado Símbolo Cultural de la Nación, por la ley 908 de 2004 –y cuyo tejido artesanal procedente de la caña flecha es exclusivo de la comunidad indígena zenú desde hace más de 3 mil años– tiene una imitación fabricada en  China, que en los últimos meses ha inundado las calles de las principales ciudades de la Costa Caribe.

Y es que la competencia es bien tesa: un sombrero original se consigue en el país a un precio entre 100.000 y 130.000 pesos (alrededor de unos 60 € el más caro), mientras que los extranjeros se estaban comercializando en 10.000 pesos (unos 5 €).  De seguir entrando al país, esas diferencias de precio llevarían a la quiebra a los artesanos de Tuchín y San Andrés de Sotavento, poblaciones pertenecientes al resguardo indígena de San Andrés, que ocupa los departamentos de Córdoba y Sucre en la Costa Norte de Colombia.

Hace dos años, cuando unos empresarios chinos estuvieron visitando el resguardo indígena,  los pobladores jamás imaginaron que las muestras que se llevaron era para montar una competencia desleal que los tiene al borde de la quiebra.

Ante las reclamaciones de los artesanos -entre los que se cuentan 6.000 mujeres-  y de los miembros del Congreso,  el ministro de Comercio, Industria y Turismo, Sergio Díaz-Granados, dijo que el gobierno prohibirá la comercialización de las imitaciones del sombrero "vueltiao", "cualquiera sea su procedencia". De igual modo, la Superintendencia de Industria y Comercio, emitirá una resolución para proteger la denominación de origen y los derechos de los consumidores finales que prohibirá la venta de imitaciones de este tipo de sombreros.  Hasta la fecha no ha sido promulgada ninguna resolución. 


Elaboración y diseño

En el diseño de este símbolo cultural del país, se aprecian sus orígenes precolombinos.

Para su elaboración se utiliza la hoja de una palma a la que se le denomina caña flecha y la cual es cultivada en la misma región. Después  de un complejo proceso de raspado, pulimento, clasificación, deshidratación, cocción y coloración de las fibras, los artesanos proceden a trenzar el "vueltiao", combinando de manera armónica las fibras negras y blancas para formar las figuras geométricas denominadas pintas.

Estas pintas simbolizan elementos totémicos de la cultura indígena y llevan nombres pintorescos como "flor de cocorilla", "ojo de sardina", "mariposa", "granito de arroz", "flor de limón", "corazón de abanico", entre otros.

El sombrero vueltiao (que no volteado) se caracteriza por su elegancia, poco peso y ductilidad. Esta última característica hace que un sombrero vueltiao fino se pueda envolver de tal manera que pueda guardarse en uno de los 
bolsillos del pantalón sin que su trenzado ni su configuración sufran el más leve daño, cosa que no ocurre con las imitaciones, que no aguantan un agucero ni el sol de la Costa en una semana.

Un sombrero con historia

El sombrero vueltiao es una de las prendas que el colombiano utiliza cuando quiere demostrar su orgullo nacional, especialmente en el exterior. En un principio sólo era utilizado por la población costeña en general, especialmente por los campesinos. Músicos de nuestro folclor como  Alejandro Durán, Andrés Landero y Los Gaiteros de San Jacinto,  entre otros fueron los primeros en utilizarlo.  De igual modo, suele ser prenda habitual de la indumentaria de los bailadores de cumbia. En eventos como las corralejas o el Carnaval de Barranquilla sale al ruedo por cuenta de la gente que asiste a estos espectáculos. Sin embargo, desde que fue declarado símbolo nacional (después de una encuesta en la que 394.606 colombianos participaron de los cuales 75.580 se inclinaron por el sombrero)  vemos este icono hasta en la sopa y esto es casi que literal. Es tal la cantidad  de objetos y piezas publicitarias creadas en torno a esta prenda que en opinión del publicista Orlando Gómez se ha degradado su valor histórico y cultural, algo curioso porque de ser un aditamento un tanto coralibe, pasó a adquirir un status tal que no hay visitante ilustre al que no se le obsequie un sombrero.

El protagonismo de nuestra prenda se fue ganando poco a poco. En la película, On Golden Pond (Nuestros años dorados, 1981),  Katharine Hepburn luce el sombrero vueltiao. Quizá el impulso definitivo que tuvo nuestro sombrero  fue cuando  Miguel "El Happy" Lora se lo puso al momento de coronarse campeón mundial gallo de boxeo en agosto de 1985, dándolo a conocer masivamente por televisión.

Luego vendría todo un desfile de celebridades que lo han lucido: en 1986 fue usado por el papa Juan Pablo II durante su visita a Colombia. Posteriormente, Bill Clinton cuando estuvo  Cartagena en el año 2.000. Los deportistas de la delegación colombiana de las tres últimas versiones de los Juegos Olímpicos también se pusieron  el sombrero vueltiao como parte de su uniforme en la ceremonia de inauguración. En febrero de 2003, el músico monteriano Jorge Villamizar, del grupo musical Bacilos, lo lució en la entrega del premio Grammy que recibió su agrupación.

Las últimas celebridades en lucirlo han sido Lady Gaga y los tenistas Rafael Nadal y Roger Federer, estos últimos de visita en Bogotá en diciembre pasado. 
Aquí vemos a Roger Federer, número 2 del Tenis Mundial, emocionado ante la multitudinaria ovación de la que fue objeto luciendo  nuestro símbolo nacional  y una mochila de los indios wayuú.
  
El sombrero vueltiao, cuenta con su propio festival que se lleva a cabo durante el mes de diciembre en Sampués, en el departamento de Sucre.

Para terminar, hago un llamado a mis lectores habituales para que se hagan partícipes de la recolección de firmas on line que hace la Red Colombia es Cultura en Facebook en defensa de nuestro símbolo. Ojalá que todos participen. Este es el enlace: http://www.peticiones24.com/proteccion_del_sombrero_vueltiao_simbolo_cultural_nacional. Un saludo muy cordial. 

domingo, 6 de enero de 2013

Día de Reyes

Hoy 6 de enero, último día de la temporada navideña,  se celebra La Epifanía,  término que se refiere a la entrada de Cristo en el mundo,  presentada como la del emperador que viene a tomar posesión de su reino (latín: adventus, de ahí el tiempo de Adviento como preparación a la Navidad). Desde el Siglo IX se designa así a la fiesta de la revelación de Jesús al mundo pagano, que es la que continuamos celebrando los cristianos hasta la fecha.


Según la Biblia,  Jesucristo se dio a conocer a diferentes personas y en diferentes momentos, pero el mundo cristiano celebra como epifanías no una sino tres, que lo sepan, y que son éstas:

·         La Epifanía ante los reyes magos, que celebramos hoy.
·         La Epifanía a  San Juan Bautista en el río Jordan.
·         Epifanía a sus discípulos y comienzo de su vida pública con el milagro de Caná –cuando   convirtió el agua en vino- en el que inicia su actuación pública.

En realidad la fiesta de epifanía que más se celebra es la que corresponde al día 6 de enero de cada año, en la que los tres magos o sabios (el adjetivo que en realidad de utiliza en las sagradas escrituras), aparecen -después de seguir la estrella durante doce días-  en Belén para encontrar al niño en el pesebre y dar los simbólicos regalos de oro, incienso  y mirra.  El oro es un símbolo de la realeza, Jesús es el Rey; el  incienso simboliza la divinidad de  Jesús, quien  no es sólo un hombre,  es el Hijo de Dios hecho hombre y por último la mirra, que  se empleaba para embalsamar a los cadáveres, con lo que se representa la  humanidad de Cristo, que no dudó en compartir nuestra condición humilde y abocada a la muerte.

Hace poco el papa Ratzinger publicó un libro sobre la infancia de Jesús, en el que  señala que no hubo pesebre, que no hubo burro y mucho menos pastores, con lo que se formó un avispero de padre y señor mío. El cuarto capítulo del libro  está dedicado a los Reyes Magos, que representan, según el Papa, a la humanidad cuando emprende el camino hacia Cristo; los reyes representan a ese mundo de gentiles, es decir los territorios que estaban fuera de Israel y que profesaban otras religiones. Su Santidad precisa que aunque algunos pongan en duda la adoración de los reyes, está convencido que se trata de un acontecimiento histórico (en la catedral de Colonia, en Alemania, están los restos de los magos, según Wikipedia) pero subraya que, de todas maneras sea verdad o no, no afecta a ningún aspecto esencial de la fe.

Costumbres relacionadas con los Reyes Magos 

En España con la introducción de Papa Noel, por aquello de la globalización y la comercialización, hay quienes entregan los regalos el día de Navidad, al pie del árbol,  aun así la  tradición de que los regalos de los niños los traigan los Reyes Magos la noche del 5 al 6 de enero no ha perdido fuerza. Antes, los niños deben mandarles una carta a los reyes pidiendo los regalos que quieren así como indicar los méritos por los que se merecen recibirlos. La noche del 5 de enero los niños deben dejar sus zapatos en algún lugar de la casa. Al día siguiente se encuentran allí los presentes o, en el caso de haber sido malos, carbón en su lugar.

Los adultos también reciben regalos. Es típico desayunar el  Roscón de Reyes que en muchos lugares también se toma la víspera para merendar o como postre de la cena.

Algo curioso con lo que me he encontrado para preparar esta entrada es que en algunos sitios los servicios postales aceptan las  cartas que se envían a los Reyes.  En fechas más recientes ha empezado también la práctica de escribir a través de e-mail  o incluso dirigirse directamente a su página web. No es de sorprenderse; hay que estar a tono con los tiempos, habrán pensado los Reyes de Oriente.

Ayer en casi toda España se llevó a cabo  Cabalgata de Reyes. Les dejo este link con las más vistosas. Un cordial saludo para todos y espero que hayan recibido muchos regalos. 

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Fuentes:
Wikipedia 
www.news.va.
ABC