Antes que
nada, saludos cordiales a todos. He visto que esta bitácora mía a la fecha, a
pesar de que tengo un año de no actualizarla, tiene 13.136 visitas y en el último
mes 541… no está nada mal. Muchas gracias a todos. Ya saben que me he volcado
en el eje Facebook-Pinterest y poco tiempo me queda para escribir, sólo para
copiar… imágenes, jajaja.
Hay dos
razones principales por las que he decidido volver a escribir. La primera,
quiero motivar a Beatriz Escobar, mi amiga abogada de Montería, la capital del departamento de Córdoba, a que tenga su propio blog, algo que debe resultarle sencillo a ella que tiene el don de la
palabra, que escribe de lujo, y que tiene una postura coherente frente algunos
hechos del acontecer nacional (hablo de Colombia). El muro de Facebook te queda muy pequeño amiga, ¿a
qué esperas para darte a conocer al mundo? …
Ya verás, Beatri, lo sencillo que
es.
La otra razón
es darle a una amiga española (a la que conocí en el “Face”), Carmen Rivera, algunas explicaciones o pautas para que entienda un poco el léxico
costeño, a partir del cartelito que les muestro, que otra amiga –ésta de Barranquilla– , postéo ayer y que dio
pie para que muchos amigos costeños que tengo en esa red social nos riéramos de
lo sabroso que hablamos en la Costa Caribe colombiana.
Lo cierto es
que, analizándolo bien, no se entiende nada, amiga Carmen. Este tipo de lenguaje
gaseoso se ha instalado en la gente joven, tal vez por pereza, por irse por la
vía de la menor resistencia (total, costeños somos), pero cualquiera que sea la razón, llegó para
quedarse. Si se pudiera observar el
contexto en que tienen lugar este tipo de “salidas”, y el lenguaje gestual que lo
acompaña, se entendería. Yo, por lo pronto, trataré centrarme en una
explicación de lo que signfican “Eche” y “Ajá”, omnipresentes en todo coloquio que se respete.
Eche: Es una interjección despectiva y está mal
visto que una señora de bien la suelte. Es un nódulo plurivalente que denota
aspectos inmateriales como asombro, discrepancia, dolor, desengaño, duda, etc. He aquí unos ejemplos de las situaciones en las que se utiliza.
"Eche, ¿qué le pasa?
"Eche, ¿qué le pasa?
"¡Éche, Juan!" (que viene a significar "ni de vainas!")
"Éche, ¿Juan?" (dudo que haya sido Juan)
"Eéche, Juan?" (quién iba a pensarlo. ¿Juan?)
"Eechéee…" (no sigas, no abuses)
"Éche, ¿Juan?" (dudo que haya sido Juan)
"Eéche, Juan?" (quién iba a pensarlo. ¿Juan?)
"Eechéee…" (no sigas, no abuses)
Estos
ejemplos son tomados del comentario que hizo un tal "Argojr" a un artículo que sobre la jerga y los regionalismos de la Costa publicó el portal
tubabel.com. Sale a relucir “vainas” (Ni
de vainas", ¿Qué es esa vaina?) de la cual hablaré más adelante. Vamos por partes.
La otra
palabra del cartelito es “Ajá”. Aprecien
la poesía que le mete o que cita en un escrito de 2009, en el periódico
cartagenero El Universal, el patricio liberal Jaime Angulo Bossa:
“Ajá duerme en mi boca y al despertar
sale de prisa de su cielo como estrella fugaz, porque siempre está en él y en
la de todos, húmedas sus breves tres letras y también en la de cualquier
firmamento con pajarillo tierno y dulce, como infantil vampirito que alegra
porque no chupa sangre sino néctares lingüísticos. De sideral espacio tan
personal y único, sale elegante hoy, con saco leva (sic), guantes y gabán de
aristócrata… sudoroso mañana con overol obrero o machete campesino, nervudas y
firmes las manos que transforman y crean. Entonces me pregunto ingenuo: ¿los
cielos tienen boca y muerden?, haciéndome la ilusión de que algún día lo sabré,
algún día, quizás cuando vuelva a ser niño y crea en todo lo que mayores de
familia y amigos de barrio me digan al oído…"
Los costeños utilizamos “Ajá” para hacer
una afirmación, también como exclamación, como
suposición, como advertencia y sobre todo como saludo. Para todo, vamos.
Y por último, la palabra "Normal" que últimamente se cuela mucho en las conversaciones. Viene a significar "¿De qué te extrañas?". "Obvio, que ocurra".
Entonces, resumiendo, esta es la traducción:
(¿Te dijo algo fulano?)
- No. Me dijo que no sé qué y tal (esto es, "no capté del todo lo que me quería decir). Pero yo le dije "Eche, cuál? (por favor, explícate).
Entonces él me dice:
- No, nada... (no puedo explicártelo, no quiero o me da miedo ser claro contigo).
- El otro responde: ¡Normal! (o lo que es lo mismo, "viniendo de esa persona, o ante el caracter tuyo, es fácil que haya pasado").
Pero, ajá! ( En este caso es resignarse, ¿qué le vamos a hacer?).
Entonces, resumiendo, esta es la traducción:
(¿Te dijo algo fulano?)
- No. Me dijo que no sé qué y tal (esto es, "no capté del todo lo que me quería decir). Pero yo le dije "Eche, cuál? (por favor, explícate).
Entonces él me dice:
- No, nada... (no puedo explicártelo, no quiero o me da miedo ser claro contigo).
- El otro responde: ¡Normal! (o lo que es lo mismo, "viniendo de esa persona, o ante el caracter tuyo, es fácil que haya pasado").
Pero, ajá! ( En este caso es resignarse, ¿qué le vamos a hacer?).
Espero haberte ayudado a que nos entiendas, querida Carmen. Me queda pendiente “vaina" o "ni de vainas” que merece otra detallada explicación. Así somos en la Costa, ese pueblo mío del que toda Colombia se burla en ocasiones por lo flojos y
mamadores de gallo que somos, pero que también respeta porque la historia
nacional está llena de costeños que han hecho que el nombre de Colombia brille: Rafael Núñez, García Márquez, Shakira, … pero de eso, también, hablaremos en otro apartado.
Hasta otra, pronta, oportunidad.
Hasta otra, pronta, oportunidad.