No hay un acuerdo acerca del sitio de origen de los primeros picó. Algunas investigaciones apuntan a que fueron construidos en Cartagena, otros aseguran que nacieron en Barranquilla, y cada investigación está respaldada con nombres, cifras y datos.
Lo cierto es que la llegada de la década de los 50’s trajo consigo que las clases pudientes en las fiestas contratasen música en vivo de cumbiambas y grandes orquestas, para amenizar sus bailes. Quienes no podían costear la animación de un conjunto musical tenían que conformarse con los pocas vitrolas y rocolas que existían en las tiendas de los barrios. Un día a los propietarios de esos establecimientos se les dio por amplificar, con los equipos importados que usaban para los grupos en vivo, la música de sus equipos de sonido para que sonaran en todas las calles del vecindario. Nacia pues el picó que hacía de orquesta en las fiestas familiares y que con el transcrurrir del tiempo ha terminado generando espacios autogestionados para los encuentros sociales.
Con los años los picós fueron ganando protagonismo y se creó alrededor de estas máquinas una cultura urbana, popular y contemporánea en las que artesanos, dj’s, propietarios de picós, vendedores de música, productores y artistas conforman la base. Se calcula que en Barranquilla hay decenas de “picós¨, y fue allí donde se generalizó la costumbre de bautizarlos con un nombre, cual de todos el más curioso: El Solista, El Timbalero, El Fidel, El gran Che, el Rey, El Británico, El Coreano. En Cartagena se destaca “El perro”, el primero en ser pintado, también están El Imperio, Pasky El Artillero, Gémini Estéreo, El Ciclón, El Conde y tal vez el más famoso, El Rey de Rocha.
El parlante mayor es la parte más representativa de cada “picó” que puede alcanzar dimensiones descomunales. La potencia de emisión del sonido de este altavoz, a la que se le suma la de los demás parlantes, ha hecho efectiva la leyenda de que son verdaderos tumbatechos. Es una realidad el que varios “picós” han echado abajo los muros de los salones en donde se les ha puesto a funcionar. Por eso, y muchas veces porque no caben por ninguna puerta, los “picós” se instalan a la entrada de las casas, sobre los andenes. Desde allí retumban los sones afrocaribes, para alegría o desesperación de todo el vecindario.
El Rey de Rocha, el picó más famoso de Cartagena, lleva ya 32 años de trayectoria. |
Las poderosas máquinas sonoras de la actualidad son torres gigantescas compuestas por un sofisticado sistema de parlantes fraccionados, que semejan más las amplificaciones orquestales, y que se apartan del concepto original del picó, que tiende a desaparecer ante el entusiasmo inusitado con el que se están construyendo los llamados ‘Turbos’, que no son otra cosa que los picós de antaño, pero adaptados a la tecnología del momento con la producción de un sonido más puro, fino y tolerable.
El movimiento ‘Turbo-picoteril’ que crece en Barranquilla tiene en los carnavales el escenario propicio para consolidar de nuevo el reinado de estas máquinas que históricamente han puesto a gozar a los barranquilleros, no solo en las festividades carnestoléndicas sino durante todo el año.
En este enlace les comparto cómo se hace un picó.
https://youtu.be/i83iFy1CgVs
Fuentes: El Heraldo, El Universal, Revista Diners, Historia del Picó (picó.com.co), Los Puros Criollos