Colombia es uno de los países del mundo en el que más festividades y reinados se celebran. Según el diario 'BBC', en el territorio nacional se realizan cerca de 3.794 reinados, por lo que se puede decir que en cada rincón de mi país, hay un producto, fruta, verdura, tubérculo o animal con el que las personas se sienten identificadas y lo expresan de esa manera.
Las candidatas al Concurso Nacional de Belleza en la Gobernación de Bolívar. Foto de Javier García, Diario El Heraldo de Barranquilla |
El tema de los reinados siempre ha sido motivo de controversia. Fabián Sanabria, antropólogo y Ph.D. en Sociología de la Universidad de la Sorbona de París, aseguraba, en una entrevista para el diaro El Tiempo en 2015- que los reinados hacen parte de un folclor muy triste. “Hay mil maneras de promover nuestras frutas y verduras y no necesariamente hay que acudir a un reinado. Es una precariedad cultural que tiene Colombia, que hace que el machismo se exalte hasta en el municipio más pobre, pues hasta en la escuela más humilde se elige una reina. Creo que el país ha concentrado sus nociones de belleza exclusivamente en lo femenino”, explica Sanabria.
Según Sanabria, “cuando no se tiene un capital heredado o un gran capital económico, entonces se acude al capital sensual, el capital de la belleza, que es uno de los capitales más efímeros que tiene un ser humano. Lamentablemente en la mayora de reinados, las niñas que concursan, participan de un imaginario de belleza que yo he llamado el 'yayismo mágico', pues hay una imagen traqueta que se vincula a los reinados que es deplorable para el país, casi que ninguna niña de las que concursa en los grandes reinados deja de tener algún arreglo o alguna operación. Esto le hace mucho daño a otros modelos de belleza que existen, como el de mujeres que no tienen por qué sufrir por los centmetros y kilos de más".
11 años antes, Orlando Fals Borda uno de los más formados pensadores de la izquierda colombiana, fundador de la Facultad de Sociología de la Universidad Nacional, premio Hoffman de las Naciones Unidas por su trabajo de desarrollo social, defendía el fenómeno que desataba el reinado de Cartagena, el evento en el que pretendo centrarme. Según Fals Borda “El concepto de fiesta entre nosotros, los costeños, es parte de la vida. En la Costa se trabaja o se goza, pero nunca se mezclan trabajar y gozar”. A la pregunta ¿Cómo se puede explicar que un país con la violencia y la miseria que soportamos de pronto se dedica un mes a la diversión y las reinas?, respondió: "Son naturales esos escapes que resucitan a las personas en su depresión, decía. Es la continuidad de la vida. No habría gozo, sino hubiera sufrimiento, y viceversa. Es necesario el escape lúdico. Lo que podría ser criticable, es que esa tendencia se convierta en manipulación, o negocio interesado y mercantilista como concurre en estos reinados, donde hay interés en promover determinados productos sin pensar en el ser humano."
La elección de la Señorita Colombia es un evento que se mantiene, aún en las coyunturas más difciles, como la toma del palacio de Justicia en 1985. En ese entonces el periodista Antonio Caballero, en un artículo de la revista Semana escribió:
La elección de la Señorita Colombia es un evento que se mantiene, aún en las coyunturas más difciles, como la toma del palacio de Justicia en 1985. En ese entonces el periodista Antonio Caballero, en un artículo de la revista Semana escribió:
"Ese de 1985 no fue un Reinado como el de todos los años. Pasaban las bellas como pájaros, pasaban una y otra vez como en los sueños, a pie o en ballenera o en carroza, en vestido de baño o en traje de lentejuelas, y en la mente de los asistentes seguían vivas, superpuestas a ellas, las imágenes de pesadilla de la televisión sobre la toma del Palacio de Justicia.
Varios medios de prensa y radio renunciaron en redondo a cubrir el Reinado de Belleza, por considerarlo de una frivolidad ofensiva dadas las circunstancias. La propia Junta Organizadora que no tiene vida sino para el Reinado de Belleza, lo pospuso un día entero. Y en la tarde del ocho de noviembre, cuando debían haberse iniciado las fiestas a las 3 con la lectura del bando, el Alcalde de Cartagena convocó en cambio a una misa solemne en la Catedral, con asistencia de las reinas. Una misa de réquiem en un Reinado de Belleza no se había visto nunca. Pero es que todo, esta vez, se desarrollaba a la sombra trágica de los sucesos de la Plaza de Bolívar, y sería así hasta el final, cuando la reina del año terminado, Sandra Borda Caldas, usó su breve mensaje de despedida para pedir respaldo al (vapuleado) presidente Belisario Betancur."
Y sin embargo, hubo Reinado. No era posible pararlo: no es posible parar un Reinado de Belleza de Cartagena, que navega impertérrito sobre la realidad. Y no sólo por razones simbólicas, que fueron alegadas --¿qué haría Colombia todo un año sin reinas?--, sino por motivo prácticos, prosaicos, pero imperativos de dinero. Es mucho el dinero que se mueve en Cartagena para las fiestas del once de noviembre, en torno de las sonrisas crispadas de las reinas. "
-----
En estos momentos, y desde el día 11 de marzo, con la llegada del vuelo real Bogotá-Cartagena, se lleva a cabo la 83 edicion del Concurso Nacional de Belleza.
Debido a un cambio en las directrices de la compañía IMG, dueña de la Organización Miss Universo, ningún país que realice un certamen nacional rumbo al concurso internacional debe tener en ningún caso dos mujeres que lleven o hayan llevado su título nacional simultáneamente antes de que el certamen internacional sea realizado.
A esta hora me cuentan que la Batalla de Flores, uno de los actos multitudinarios del certamen en años anteriores, fue un completo fracaso, lo que aumentará la controversia en torno al reinado por varios aspectos: la reducción de los actos de carácter solidario presentes en la agenda de años anteriores; por el formato tipo "reality" que instauró el nuevo dueño de la franquicia de Miss Universo en Colombia, el Canal RCN. por el cambio de escenario, y por muchas cosas más... de las que les seguiré hablando en otra entrada.