sábado, 24 de diciembre de 2011

Navidad en la distancia















En otras entradas de esta bitácora he comentado la forma cómo se celebran algunas fiestas en España. La navidad no podía ser la excepción, por lo cual este colofón del 2011 estará destinado a realzar lo bonito de la celebración del nacimiento de Cristo por estas latitudes.

La Navidad en este país de larga tradición cristina empieza el 8 de diciembre y termina el 6 de enero con la Epifanía. Sin embargo un evento nada religioso como el sorteo de la lotería de Navidad, que tiene lugar el 22 de diciembre, ocupa un lugar destacado dentro de estas fechas, pues es el juego de azar en el que más gente participa en España. Empresas, asociaciones, bares, todos hacen "participaciones" de números y décimos de Navidad, para repartir entre socios, trabajadores, amigos. Por pequeñas cantidades todos juegan a muchos números aspirando a que les toque el "gordo de Navidad” que este año era de 4 millones de euros a la serie y 400 mil euros por décimo, sumas nada despreciables y que le arregló el caminao a muchos en Grañén (Huesca) el pueblo donde este año cayó.

La noche del 24 de diciembre como en la mayoría de los hogares colombianos, se cena en familia, pero acá el pavo comparte honores con el cordero. Dentro de las viandas ofrecidas hay también mariscos, el infaltable jamón y como postre turrones, mazapanes, polvorones. Las bebidas que acompañan, según la región, son la sidra, el cava o el champán. Este día no hay regalos como en Colombia, sino el 6 de Enero, el día de los reyes magos.

Y si el 24 y el 25 de diciembre son reservados para estar en familia, el 31 o “Nochevieja” se pasa con los amigos. Lo tradicional es que se coman 12 uvas al sonar de las campanas del reloj de la Puerta del Sol de Madrid, evento que la televisión se encarga de difundir. Se dice que si se consigue comer todas las uvas a tiempo y sin atragantarse, se tendrá suerte los doce meses del año nuevo.

La Navidad española llega a su fin con la llegada de los Reyes Magos. La noche del 5 de enero todos los niños con sus padres asisten a la cabalgata de reyes que se celebra en todos los pueblos y ciudades. Y ese es el gran día de los regalos. Una vez que se han abierto se saborea el Roscón de Reyes, acompañado de una buena taza de chocolate caliente.


Escribo este post con mucha nostalgia, “sin el calor de mi gente siento frío en el corazón, y siento dolor de patria, dolor de amigos, dolor de amor”, como dice Darío Gómez en su canción. Hace 5 años que no me levanto en la madrugada del 8 de diciembre a encender velas en la acera de mi casa para “alumbrarle el camino a la Virgen”; que no escucho el entonar de villancincos que acompañan el rezo de las novenas en las casas, esas pequeñas cosas que hacen que la navidad sea verdaderamente especial y desprovista de ese tono frívolo y superficial en que la han convertido.

Pero navidad debe ser alegría, época de renacimiento, de renovación interior, de hacer votos por la vida, así es que echaré a un lado la tristeza. Me despido deseándoles a todos que la estrella la Navidad ilumine sus caminos y que con fe logren todos sus anhelos; también que el año próximo les depare muchas alegrías, unión y prosperidad.

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