He estado en camisa de once varas para hacer esta entrada sobre la segunda parte de los dichos y refranes que prometí dedicarle a Colombia. La razón: más que refranes lo que tenemos hasta "pa´tirar pa´el cielo" son términos, modismos, giros y dichos. Cada región de nuestro país tiene las suyas y si se tiene en cuenta la cantidad de dialectos, 11 según la Wikipedia, esto se convierte en un zaperoco. La fuente del refranero hispanoamericano, en su gran mayoría, es la madre patria, con variaciones muy leves, así es que daré especial énfasis a lo netamente criollo.
Como este blog lo leen algunos amigos en España, tengo que ilustrar un poco como es el tema de los dialectos. En líneas generales –remitiéndome de nuevo a Wikipedia- en Colombia tenemos dos macrodialectos: el costeño y el cachaco que muestran claros paralelismos con los dialectos meridionales y centro-septentrionales de España, respectivamente. El español cachaco o del interior es de base castellana (español centro-septentrional); el español costeño, de tierra caliente, tiene su base en el español meridional de España y por esto debilita la “s” postvocálica o final. En morfología el cachaco conserva de forma parcial el voseo antiguo castellano (zona occidental) mientras que el costeño hace uso extenso del tú como en toda la ribera caribeña.
Dentro de estas dos superzonas dialectales se encuentran los 11 dialectos. Por la zona occidental: español antioqueño, español vallecaucano, español andino (Nariño y Popayán), español cundiboyacense, español bogotano (rolo), español santandereano, español tolimense y español llanero. Por los lados de nuestras costas, el dialecto costeño –que a su vez tiene subvariantes: el guajiro, barranquillero, samario, vallenato, el cadtagnero, perdón cartagenero-; el español isleño (el de San Andrés y Providencia) y el español chocoano. ¡Vaya tela!, dirían acá.
Y ahora a lo que vamos. Comprenderán que me iré por la vía de lo que me es familiar y entresacaré una que otra expresión que aunque no la conociera de antes la pongo (sí, la pongo, no la coloco) porque me ha hecho gracia.
Dentro del proceso de documentación que he hecho para preparar este artículo me encontré con un ensayo de La Cacica, Consuelo Araújo Noguera (Q.E.P.D.), publicado por el Banco de la República “Lexicon del Valle de Upar”, y en cuyo prólogo encontré esta belleza: “Hay quienes creen y dicen que el don más grande que Dios le ha dado al ser humano es el de la libertad. Nosotros pensamos que es el de la palabra. … La palabra es poder y es luz, es fuego y agua. Es fortaleza y es ternura y es también libertad. Sólo el hombre, de entre tantos seres de la Creación, disfruta de este privilegio maravilloso y único de articular los sonidos y producir las palabras. Y fue con la palabra que primero se manifestó el Ser Supremo…. Con esa luz que es la palabra, cada país alumbra su idioma y dentro de cada país las regiones se inventan sus propios términos, dichos y localismos con los que la gente se expresa, comunica, siente, ama, vive y se identifica.”
Hace pues La Cacica una compilación de los dichos más sonados, que yo pienso que no son sólo del Valle de Upar, sino de toda la Costa en general; no hay que olvidar que esta región tiene un vehículo inmejorable, las canciones del folclor vallenato, para su difusión.
Lo que sigue es un resumen de lo que la señora Araújo menciona en materia de dichos, porque no tendría espacio para extenderme aunque quisiera, con lo divertidos que me resultan, viéndolos desde acá.
Coger la caña: Aceptar un ofrecimiento, agarrar la oportunidad que brindan.
Chan con Chan: En efectivo, con el dinero por delante. Ese carro lo pagó chan con chan.
Con cuatro piedras en la mano (Salir, contestar —): Responder altaneramente y con rabia.
¡Mandas cáscara!: Exclamación para dar a entender alguien que es pretencioso, ambicioso.
Por casa’elcarajo (casa del carajo): Bien lejos, en otro mundo. Yo estaba por casa’el carajo cuando eso pasó.
Puyar el burro: Coger el camino y largarse. En otras palabras es Tomar las de villadiego
Suelto de madrina (Andar, estar, vivir —): Al garete. A sus anchas, sin tener que rendirle cuentas a nadie. Se refiere a como quedan las bestias aún no domesticadas cuando las sueltan a pastar sin la guía de la yegua madrina que las orienta.
Tumbando y capando: Uniendo la acción a la palabra. De inmediato. (Tiene su origen en la antigua costumbre de castrar a los animales en el suelo inmediatamente después de haberlos derribado).
Para terminar el ensayo, La Cacica saca a relucir las coplas y me he vuelto a embelesar con la elegancia de su prosa cuando dice: “Fue la copla hispana, el romance de gesta que se aclimató en América y el pueblo vallenato no se quedó atrás en ese torneo del ingenio y el talento para escribir, en versos, sucesos que forman la historia de cada lugar. Y dentro del Valle de Upar, Patillal fue - y es aún- el sitio donde mejor floreció el romancero popular. Muchas coplas, muchas décimas y sonetos se perdieron definitivamente en los viejos baúles de cedro carcomidos de comején y de olvido; pero buena parte la rescató la memoria oral de los descendientes de autores y protagonistas y algunas de ellas son las que aqui presentamos:
Yo soy el amor-amor
el amor que me divierte;
cuando estoy en la parranda
no me acuerdo de la muerte.
Pues esta graciosa copla, cuyas estrofas siguientes de seguro más de uno las sabrá, fueron interpretadas por el gran Alejo Durán en son vallenato y años más tarde por Juan Piña, en su época de oro, por allá en los 80’s, en una de las piezas más deliciosas para bailar (para mi gusto). El mismo Juan Piña elevó a la categoría de hit El Pilón, otra copla de la que no se conoce autor, más picaresca y satírica que sentimental, y hoy convertido en danza típica de los Carnavales y que reza:
A quién se le canta aquí
a quién se le dan las gracias
a los que vienen de afuera
o a los dueños de casa...
Y del aporte riguroso de La Cacica (el Lexicón fue publicado como mencioné arriba por el Banco de la República y por el Instituto Caro y Cuervo) me voy a la revista Soho, donde Eduardo Arias, el emblemático periodista de cultura, publicó hace poco un listado de expresiones únicas en Colombia, muy ilustrativo y donde se pasea por los dichos de toda la geografía nacional.
Alcagüetiar. Cohonestar, ser permisivo en exceso con algo. "Claro, siempre alcagüetiándoles la vagabundería a sus hijos".
Alto turmequé. Se refiere a reuniones o eventos a los que asisten altas personalidades.
Bacano. Que gusta. Bueno. De calidad.
Billuyo. Billete, dinero.
Camellar. Trabajar, por lo general en exceso y a cambio de casi nada.
Catorce: Favor. "Necesito que me haga un catorce". También se usa "un dos" o "un tres": "Hágame un tres..."
Cosita seria. Persona de cuidado.
Cruce. Vuelta, favor. Ejemplo: "Hágame un cruce, présteme para el bus y mañana le pago".
Chicanear. Hacer alarde de algo.
Chiviado. Adulterado.
Dañar el caminado. Poner un obstáculo que dificulta que alguien lleve a feliz término una empresa. Ejemplo: "Con la caída del dólar se les dañó el caminado a los floricultores".
Dar papaya. Ponerse en evidencia. "Dio papaya y la Sijín lo capturó facilito".
El propio. Se refiere al personaje indicado en un determinado oficio.
Emberracarse. Enfurecerse. En la costa “emputarse”.
Encoñarse. Establecer una relación amorosa cuyo eje central es el deseo y la pasión más que establecer un hogar duradero.
Levante. Persona que ha sucumbido a los encantos de otro o que, en el peor de los casos, se presta a salir con el susodicho. Ejemplo: "En ese viaje a Aruba me hice un levante que ni para qué le cuento".
Meterle la chancleta. Acelerar un vehículo a fondo. Manejar muy rápido.
Mico. Trampa que realizan los legisladores para hacer pasar de manera inadvertida leyes que por lo general benefician intereses privados en detrimento de lo público.
Morrongo. Que hace sus conquistas amorosas en silencio, sin aspavientos, sin que nadie lo note.
Nadadito de perro. La técnica que utiliza el morrongo.
Papayazo. Gran oportunidad.
Pupitrazo limpio. Mecanismo que utilizan los legisladores para aprobar leyes a gritos.
Sacar la piedra o el cascajo. Acto de enfurecer a alguien.
Sapear. Acusar, delatar.
Tinieblo. Amante con el que es mejor no dejarse ver en lugares públicos.
Para terminar, aunque esto no lo menciona Arias en su lista, el significado de la expresión que da nombre a esta entrada.
Barajarla despacio. Ser más claro en lo que se quiere decir, explicar de nuevo: "Barájemela despacio que no entendí nada".
Y bien, mis queridos lectores, nos pillamos (utilizada en la Costa a manera de despedida), es decir, nos vemos.
P.D.: Un lector muy apreciado de este blog me ha comentado que en el "Lexicón de Colombianismos", del momposino Mario Alario Di Filippo se registra "tener cáscara" y "tener huevo" con la acepción abusar de la confianza, pretender algo a que no se tiene derecho. En cuanto a "dar papaya" el doctor Alario asigna a esta fruta el significado de vulva de la mujer, con lo cual darla tiene aun más fuerza expresiva que poner en evidencia.
De la fuerza expresiva de ¡Mandas huevo! el ejemplo más patético podría ser el despido de una secretaria en Petco que le dirigió esta expresión al que fuera su jefe, cuando éste le impuso al parecer una excesiva carga de trabajo.
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