lunes, 8 de abril de 2013

Reivindicando el oficio más viejo del mundo



Apenas hace una semana celebrábamos la Semana Santa, con lo cual muchos de los miembros (alrededor de 1 millón) de las  7.000 cofradías* que hay en toda España, no se habrán recuperado del todo de  los dolores musculares ­­­ ­-hablo  de los costaleros, los encargados de llevar los pesados  monumentos que representan la pasión y muerte de Cristo-   y el olor del incienso no se habrá disipado de las iglesias. 

Pero en Salamanca queda un residuo de la Semana Mayor, un picante residuo. Hoy lunes se celebra el regreso de las meretrices a la ciudad, después del exilio a las que eran sometidas para preservar el fervor religioso y las buenas costumbres durante los días santos.

En mi entrada “Merienda a la Orilla del Tormes” hago un recuento de los motivos por los cuales  Felipe II instituyó esta práctica de enviar extramuros a las señoras de vida alegre. 



Retomo el asunto porque si hay una cosa que me llama la atención de este país es la costumbre de irse de putas. Antes de seguir advierto que no vengo en plan  moralista;  miro los toros desde la barrera en este asunto y sólo trato de indagar del por qué esta costumbre tan arraigada.

En primer lugar, no hay que olvidar que este pais sólo tiene poco más de 30 años de democracia y que durante casi 4 décadas fue gobernada por el Generalísimo Franco, por lo cual la sociedad española estuvo sometida a un régimen dictatorial, con sus características asociadas: conservadurismo, antiliberalismo, nacionalcatolicisimo, anticomunismo, etc.,. del que todavía quedan rezagos, por mucha democracia progre que se haya instaurado durante los gobiernos del PSOE.

Durante el Franquismo, la familia, fundamento de toda sociedad, no estaba exenta de control.  El discurso franquista sobre el sexo era tradicional. Con argumentos científicos y religiosos, definía como finalidad exclusiva de la sexualidad (entre esposo y esposa) la procreación y eso porque la especie humana no podía reproducirse sin coito, o si no habrían prohibido las relaciones carnales dentro del matrimonio.  La sexualidad procreadora dependía del plano divino, cuyo objeto era poblar la tierra. A hombres y mujeres se les consideraba como colaboradores de Dios, y no se les autorizaba pues a que utilizasen la relación sexual con el único fin de gozar.  Con esto creo que es suficiente para entender el por  qué lo señores tenían  con la práctica que prodigarse el placer fuera del ámbito conyugal.

Pero a pesar de la liberalización de las costumbres el irse de putas pervive. Tal vez por el morbo que da, tal vez porque las señoras españolas, en su inmensa mayoría, son muy mandonas y cantaleteras (con el perdón de vosotras, lo digo sinceramente), con lo cual esa atmósfera de sensualidad y de sosiego está ausente en muchos hogares. Pero yo las entiendo, majas.  Con la crianza de los hijos, el pago de las facturas, los problemas en el trabajo, si es que lo tenéis, porque si alguno de vosotros está en paro, ya ni hablar..  Vamos, que se necesita ser muy cachondo para que el sexo conyugal supere todos esos obstáculos y llegue a ser verdaderamente placentero, con lo cual la presencia de los puticlubs está más que justificada.

En este país se manejan cifras astronómicas en la industria del sexo. Los españoles gastan 50 millones de euros al día en prostitución (que utiliza el 6% de la población),  lo que en el año representa un movimiento de  18.000 millones de euros al año. Y ¿quiénes son los que utilizan los servicios de las prostitutas?  Según Silvia  García, socióloga integrnte del Colectivo Hetaira, el tipo de personas que acuden a los servicios sexuales es muy variado: intelectuales, estudiantes, con escaso nivel de estudios,  solteros, casados,  prácticamente de todas las edades y nacionalidades. A algunos les gusta acudir  todas las semanas a solicitar servicios a una prostituta, otros sólo van de manera esporádica. Puede haber preferencias por el medio abierto (calle) o bien preferir un local cerrado (clubes). Como se supondrá, hay  diferencias en cuanto al dinero que se gastan en servicios sexuales: algunos 100  € al mes, otros 500 … La heterogeneidad es tan grande que no cabe hablar de un perfil del cliente de la prostitución. 

En fin que  España es una sociedad ansiosa, neurótica, pero también hambrienta de sensaciones placenteras. Las prostitutas, por mucho que se las denigre,  cumplen una función social. Imagínense que no existieran como recurso para desfogarse; los casos de maltrato se dispararían, ni hablar de los divorcios, hijos levantados sin la presencia de uno de los padres... el despelote total.  Por todo ello yo les dedico este poema de Jaime Sabines que las reivindica tanto que pide que se las canonice. Pero yo hasta allá no llego, amig@s mí@s. 

Canonicemos a las putas


Santoral del Sábado: Betty, Lola, Margot, vírgenes perpetuas, reconstruidas, mártires provisorias llenas de gracia, manantiales de generosidad.

Das el placer, oh puta redentora del mundo, y nada pides a cambio sino unas monedas miserables. No exiges ser amada, respetada, atendida, ni imitas a las esposas con los lloriqueos, las reconvenciones y los celos. No obligas a nadie a la despedida ni a la reconciliación; no chupas la sangre ni el tiempo; eres limpia de culpa; recibes en tu seno a los pecadores, escuchas las palabras y los sueños, sonríes y besas. Eres paciente, experta, atribulada, sabia, sin rencor.

No engañas a nadie, eres honesta, íntegra, perfecta; anticipas tu precio, te enseñas; no discriminas a los viejos, a los criminales, a los tontos, a los de otro color; soportas las agresiones del orgullo, las asechanzas de los enfermos; alivias a los impotentes, estimulas a los tímidos, complaces a los hartos, encuentras la fórmula de los desencantados. Eres la confidente del borracho, el refugio del perseguido, el lecho del que no tiene reposo.

Has educado tu boca y tus manos, tus músculos y tu piel, tus vísceras y tu alma. Sabes vestir y desvestirte, acostarte, moverte. Eres precisa en el ritmo, exacta en el gemido, dócil a las maneras del amor.

Eres la libertad y el equilibrio; no sujetas ni detienes a nadie; no sometes a los recuerdos ni a la espera. Eres pura presencia, fluidez, perpetuidad.

En el lugar que oficias a la verdad y a la belleza de la vida, ya sea el burdel elegante, la casa discreta o el camastro de la pobreza, eres lo mismo que una lámpara y un vaso de agua y un pan.

Oh puta amiga, amada, recodo de este día de siempre, te reconozco, te canonizo a un lado de los hipócritas y los perversos, te doy todo mi dinero, te corono con hojas de yerba y me dispongo a aprender de ti,... todo el tiempo…



--------------

Este tema es tan rico en matices que da para muchas entradas. Dependiendo de la acogida que tenga este post  sigo tratando el tema. Antes de despedirme, presento mis disculpas si con las generalizaciones ofendí a alguien. Otro día podría contar que en la América prehispánica ya habían prostitutas y tantas otras cositas interesantes sobre el oficio más antiguo del mundo. Hasta otra oportunidad. 

* Datos de la Conferencia Episcopal

Fuentes:
Wikipedia
Ensayo "Norma sexual y comportamientos cotidianos en los primeros años del Franquismo" por
Anne-Gaelle Regueillet Ciremia, Universidad François Rabelais, Tours

Web de "Pensamiento Crítico"

2 comentarios:

  1. Esto me escribe vgvhalcon:

    "Me hago un lío intentando responder a través de tu blog, no lo consigo así es que, a la vieja usanza, te transmito mi felicitación por tu artículo.

    Quizás no conozcas un dicho muy español que viene a abundar (creo) parte de lo versado por ti, me refiero a la vuelta de las metetrices a la ciudad pasados los actos religiosos y consecuentemente su "emigración "anterior; es un dicho que se resume en "como putas por rastrojos..." , creo que viene a significar donde las prostitutas tenian que hacer sus servicios (en los rastrojos de las eras, del campo) por no poder realizarlo en las ciudades...

    En fin, no sé de la veracidad del dicho y su interpretación, pero hubiera valido la pena hacer una mención al respecto.

    Como siempre felicidades.

    ResponderEliminar
  2. Me alegro que te interese el tema, y en concreto si deseas conocer los motivos de por qué acudimos los clientes te invito a mi blog, en el cual abordo la prostitución desde mi vivencia como cliente (te sale al pinchar en mi nombre).

    Es normal que se nos cuestione porque se relaciona la pervivencia de la prostitución con esa sexualidad represiva ya pasada Y yo te pregunto, ¿por qué hemos de justificarnos? ¿Por qué hay que dar explicaciones de por qué uno va de putas y no quien coge un taxi, va a una peluquería o come en un restaurante? Cualquier persona que utiliza cualquier servicio es porque en ese momento le viene bien, lo considera útil. Por comodidad, incapacidad, urgencia, o en una sociedad libre... sencillamente pq le da la gana.

    Pero aún hay más, ¿nunca has pensado que precisamente podría haber cada vez más prostitución precisamente como reflejo de la libertad sexual? La prostitución no equivale a una sexualidad pobre, reprimida y desviada como se suele creer desde fuera. De hecho ya ves que incluso está comenzando a haber servicios sexuales o para-sexuales (boys) para mujeres, algo que en época de Franco hubiese resultado impensable. La prostitución se expande y democratiza, ¿cómo lo ves?

    Te animo a que sigas escribiendo e informándote sobre este apasionando mundo. Y cuestiona los datos, ya verás que varían muchísimo dependiendo de quién los dé (¿cómo va a saberse cuántos hombres van de putas y mucho menos cuánto se factura si es una actividad de economía sumergida, no fiscalizada? ¿Quién lleva la cuenta? Como mucho puede haber estimaciones de dudosa fiabilidad)

    ResponderEliminar