Hoy 2 de enero se cumplen 149 años de la fundación del
colegio de La Esperanza, el plantel más
antiguo de Cartagena Indias, que ha
estado manejado desde hace cuatro generaciones por una sola familia, los Irisarri,
y que llegó a ser considerado, hasta su escisión en el albor del nuevo milenio
en dos planteles, como de los mejores centros educativos del país, según el Instituto Colombiano para la Evaluación de la
Educación (ICFES).
La Esperanza en un principio era un colegio eminentemente
masculino, creado para educar a las élites conservadoras que muy pronto contó entre sus estudiantes a
destacados personajes de la vida nacional y a futuros presidentes de la que
luego sería la República de Panamá. Fue fundado en 1870 por Abel De Irisarri,
de origen vasco, en compañía del
general Joaquín F. Vélez, quien fue Jefe y Civil del departamento de Bolívar durante
la Guerra de los Mil Días, Embajador de Colombia ante la Santa Sede y encargado
de suscribir el Concordato de 1886.
El plantel tuvo una
primera etapa efímera; las guerras civiles que se vivieron
durante el final del siglo pasado se vio en la necesidad de cerrar sus puertas. El hijo de don Abel, Antonio José de
Irisarri, desterrado en Panamá con toda
la familia, a su regreso a Cartagena reabrió la institución, de la que fue su
rector hasta su muerte en 1932. A partir de esa fecha tomó las riendas el hijo
de éste, Antonio María De Irisarri, quien aún en vida delegó en su hijo Jorge, la
dirección del colegio. Fue Don Jorge el que se encargó de situar al Colegio de
La Esperanza entre los primeros del país. Sin embargo, en 2001, “ante
insalvables desavenencias familiares (con sus hermanas)” Jorge De Irisarri optó por dar continuidad al
legado educativo de la familia fundando
el Colegio La Nueva Esperanza
Me tomo la molestia de destacar este efemérides porque fue en
este plantel donde yo tuve la oportunidad de estudiar los dos últimos años del
bachillerato (1978 y 1979). Para mí fue todo un reto porque el colegio tenía la
fama de ser muy teso, austero y de una disciplina de corte militar,
pero decir que se estudiaba en La Esperanza, inspiraba respeto, porque no todos
aguantaban el nivel de exigencia en los
estudios, y, de esta forma, cuando empezaron a aparecer los
recursos tecnológicos en las aulas de los colegios de cierto prestigio, por
allá a finales de los ochentas, La Esperanza destronó a los sofisticados
colegios capitalinos en más de una ocasión.
A partir de 1986, y con excepción
de 1990 —cuando ocupó el segundo lugar— ningún plantel del país había logrado superarlo en el escalafón del Icfes.
Pero fue en 1992, en las pruebas del Estado
que esta institución realiza para
comprobar el desarrollo de competencias de los estudiantes, cuando superó todas
las expectativas: uno de sus alumnos obtuvo en el exámen 399 puntos sobre 400, y quedó clasificado con la nota más elevada
en todo el país.
Ante semejantes resultados, la inquietud que surgió era cómo
podía La Esperanza alcanzar esos récords si el colegio empleaba los mismos libros de texto que utilizaban
miles de planteles en el país, si los
profesores no tenían preparación distinta a la de la mayoría de sus colegas, si el pénsum era idéntico al de la mayor parte
de establecimientos, ¿qué era, pues, lo
que distinguía a La Esperanza para obtener semejantes resultados? La
explicación era muy sencilla: sus
métodos de enseñanza a la antigua. Los estudiantes del Colegio de La Esperanza
estudiábamos como lo hacían los abuelos, con una disciplina férrea, ceñidos a
los textos, con un gran énfasis en la cultura general y en lo científico, poca calculadora, pocos deportes, y mucha
severidad. "Nosotros no tenemos genios, decía entonces Jorge De Irisarri, tenemos alumnos
trabajados". Y el trabajo, en La Esperanza, era (y sigue siendo en el
nuevo centro que regenta) sinónimo de
tiempo, esfuerzo y dedicación
Aunque el Colegio de La Esperanza no tuviera los atractivos
ni los medios de otros colegios de Cartagena, lo cierto es muchos de padres aspiraban
a ver a sus hijos graduarse de bachilleres allí. Los Irisarri le imprimieron al
plantel su sentido de la moral, la disciplina y el trabajo que lo caracterizaron
a lo largo de su historia.
Hasta aquí esta primera parte. Mañana viene lo bueno: las
anécdotas con el profesor Luis Guillermo Fragoso y Guillermo Puente Villadiego, fallecido recientemente, justo el día en que
los egresados de la promoción del año 1979, constituimos un grupo de WhatsApp.
Fuente: Revista Semana
Excelente reseña
ResponderEliminarMuchas gracias, apreciado lector anónimo!. Vamos a publicar en un momento la segunda parte, que espero esté a la altura de las expectativas. Un saludo.
ResponderEliminarExcelentes anécdotas y grandes recuerdos del ambiente académico de La Esperanza, en el cual nos preparamos para la vida. 👍👍
ResponderEliminarGracias a lLa Esperanza por habernos dado tanto
ResponderEliminarÁlvaro saludos
EliminarGracias a la Familia Irisarri, en especial a Don Jorge. Hay que hablar sobre la Exposicion Cientifica, uno de los iconos del Colegio.
ResponderEliminarExcelente ,soy de la promoción 1981 y somos muchos profesionales gracias a las ideas inculcadas en nuestro colegio
ResponderEliminarExcelente mi hermano Alexis Guerrero Sanchez es exalumno y un gran profesiknal.
ResponderEliminarDe cualquier año los mismos recuerdos... agradecimiento eterno por formación en disciplina y valores (sobre todo en respeto).
ResponderEliminarExcelente labor de la familia Irisarri y en especial de Don JJorge.Mucho Agradecimiento con ellos y con el excelente grupo de profesores.
ResponderEliminarEstudie durante toda mi infancia y adolescencia y alcance a conocer a Don Antonio Issarri, que inspiraba reverencia y respeto. Recuerdo que le teníamos miedo en su presencia y igualmente Don Jorge , era un educador eminente y mucha autoridad. Todos hacíamos filas cuando iniciamos a clases en la cancha del recreo. Nunca olvidaré lo teso que era estudiar allí y todos esos profesores tenían alta calidad moral y académico . Feliz cumpleaños este gran colegio.
ResponderEliminarFeliz cumpleaños Jose M Irrisarri mi profesor hasta mi grado en 1952
ResponderEliminarAlvaro Mercado Velez Feliz Cumpleaños Recuerdos a mi profesor Antonio Maria Irrisarri hasta mi grado en 1952
ResponderEliminarAlvaro Mercado Velez Feliz Cumpleaños Recuerdos a mi Profesor Antonio Maria Irrisarri hasta mi grado en 1952
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