En esta entrada me habría gustado decantarme por un tema light, pero con la que ha caído y sigue cayendo en España y en todo el mundo con esto de la crisis financiera, pues no queda otra opción que referirse a ella. Hago la salvedad de que mis conocimientos de los asuntos económicos son mínimos, por no decir nulos. Si hay una asignatura que tengo pendiente es ésa. Desde siempre, o mejor dicho desde que formaba parte del Departamento de Investigaciones Económicas de la Cámara de Comercio de Barranquilla -por allá en los gloriosos 80´s- se me despertó el interés por conocer más sobre el PIB, indicadores, índices de precios, mercado de valores, importaciones, exportaciones y toda esa serie de tecnicismos que pueden parecer una jartera, pero que son tan decisivos en la vida de un país, o de una región que creo que no debemos desentendernos de lo que pasa en esos terrenos.
Así es que paso a comentar como se vivió en esta orilla la semana que ya culminó.
Con la prima de riesgo que alcanzó el miércoles los 407 puntos básicos, y con tres jornadas consecutivas con el Ibex 35 (el principal índice de referencia de la bolsa, en el cual entran las 35 grandes empresas que cotizan allí) cerrando en negativo, España, vivió momentos de tensión.
¿Cuál ha sido la causa principal de tanto sobresalto? La amenaza de una de las tres principales agencias de calificación de riesgo, Moody´s, de poner la calificación española bajo revisión para un posible descenso. La advertencia también estuvo dirigida a 5 bancos y 6 de las 17 autonomías que integran España. Una autonomía, para los que no sepan es la entidad territorial en que se divide este país, equivalente a lo que son los departamentos en Colombia.
En Europa preocupa cada vez más el poder que concentran las agencias de riesgo, en concreto las estadounidenses Standard and Poor´s, Fitch y Moody's, conocidas como "las tres grandes", las cuales han sido criticadas por su enorme capacidad de influencia en los mercados financieros y por sus serios errores en la calificación de los productos estructurados complejos que desencadenaron la crisis financiera en 2008.
Ya en junio de este año el ministro de finanzas de Alemania, , Wolfgang Schäuble, había abogado por limitar el poder de las agencias de calificación de riesgos y posibilitar la competencia en ese sector, por lo cual desde ya se está estudiando la creación de una agencia de calificación de riesgo europea independiente.
Pero sigamos con España. Si bien el nivel de endeudamiento aquí no es tan alto como el de los demás países afectados por esta crisis (sólo alcanza el 68 por ciento del PIB) Moody´s argumentó que no hay suficiente disciplina en las autonomías como para que el pais cumpla con la meta del déficit fiscal.
España se dio entonces a la tarea de buscar financiación con la emisión de bonos del Tesoro Público el miércoles pasado, cuando se adjudicaron 3.300 millones de euros en bonos a tres y cuatro años, aunque, como era de esperarse, subió el interés al 4,90 y 5%, respectivamente, niveles que no se alcanzaban desde 2008, con una demanda que duplicó la oferta.
La rápida colocación de los bonos -primera desde el estallido de la crisis griega- había sido interpretada como una prueba sobre la confianza de los inversores en la solvencia de España, sin embargo, minutos después de conocerse el resultado de la subasta, la prima de riesgo apenas sufría cambios y se situaba en 365 puntos básicos. Esta prima, que se ha hecho tan famosa, es la rentabilidad adicional que quiere un inversor por realizar una inversión arriesgada en lugar de una segura o dicho de otra forma es el sobreprecio que paga un país, en este caso España, para financiarse en los mercados comparado con Alemania, a la que se utiliza como referencia porque se le considera el país más seguro
El nerviosismo está pues al la orden del día entre entre corredores de bolsa, inversionistas y funcionarios gubernamentales de las economías involucradas, pero a nivel del ciudadano de a pie ¿qué puede pasar?
La volatilidad económica puede afectar los niveles de contratación de las empresas, las cuales también se pueden ver forzadas a despedir personal, lo que conllevaría a un aumento de la tasa de desempleo. Por otra parte, la crisis financiera puede tener efectos en la valoración de los activos de una familia, por ejemplo, si los precios de las viviendas caen. Para los que tienen trabajo, el nivel de los sueldos tiende a bajar cuando el desempleo es alto. En el tema de los fondos de pensiones, si están vinculados a activos bursátiles de riesgo, pueden verse afectados por las caídas de los mercados de las últimas semanas. Y en lo que respecta a América Latina, la crisis puede afectar el intercambio comercial de los países, en la medida en que dependan de la demanda de la Unión Europea y de Estados Unidos, aunque el surgimiento de China como potencia mundial económica con una fuerte demanda de las exportaciones primarias provenientes de allí, hace que los efectos de la crisis se atenúen.
Lo último que ha acontecido es que Italia, la tercera economía de la zona euro, ha desplazado a España para transformarse en el epicentro de las preocupaciones de los mercados sobre el euro. Está por verse cómo saldrá de ésta el díscolo Berlusconi. Arrivederci!
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