En España y en otros muchos lugares del mundo donde se profesa en catolicismo se celebra, el 1 de noviembre, el Día de Todos los Santos, dedicado a todos los santos que no tienen su propio día de fiesta*. Es un día festivo donde se suele visitar las tumbas de los parientes difuntos y llevarles flores.
He leído que este año se han importado para la celebración de esta festividad mil toneladas de flores (al menos a través de la aerolínea Iberia) un 5% más que en 2.010, en su mayoría rosas, claveles y orquídeas, estas últimas las flores más solicitadas, y provenientes en su mayoría de Colombia, pero también de Ecuador, Guatemala y Costa Rica.
La fiesta de Todos los Santos coincide con la entrada del otoño y los frutos de esta estación son un componente fundamental en la rica pastelería que caracteriza a este país (en otro post me referiré a los platos y dulces para celebrar cada fiesta del Santoral) por lo cual las castañas, nueces, membrillos y granadas no deben faltar en la cesta de la compra.
Al día siguiente es el día de los fieles difuntos, esos que murieron pero que todavía no han llegado al Cielo. Aunque esté fuera de contexto he de destacar que podemos ayudarles a entrar con nuestros ruegos: “Cuando una persona muere -dice la web de es.catholic.net- ya no es capaz de hacer nada para ganar el cielo; los vivos sí podemos ofrecer nuestras obras para que el difunto alcance la salvación. Con las buenas obras y la oración se puede ayudar a los seres queridos a conseguir el perdón y la purificación de sus pecados para poder participar de la gloria de Dios. A estas oraciones se les llama sufragios. El mejor sufragio es ofrecer la Santa Misa por los difuntos.
Será pues el 2, para seguir con la tradición de mi país, el día en que rece especialmente por las Ánimas del Purgatorio, por mi madre y por mi padre, por mis amigos, por mis familiares y por todo aquel que necesite dar el salto a la Patria Celestial. No podré visitar sus tumbas, pero como las oraciones no tienen fronteras, espero que puedan ayudar a que consigan el descanso eterno.
Volviendo a lo terrenal, lo que sigue es un repaso de cómo celebran el Día de los Santos en algunas regiones de España:
En Asturias, esta fecha está incluida dentro del Amagüestu, que tiene lugar entre entre finales de octubre y principios de noviembre, y es la temporada donde se procede a la recogida de las manzanas para elaborar la sidra (bebida alcohólica de baja graduación elaborada con el zumo fermentado de la manzana) y de las castañas. Éstas se asan y se consumen acompañada por sidra dulce al son de bailes regionales.
En Castilla y León el Día de todos los Santos se confunde con el Calbotá o Magosto, donde la gran protagonista es otra vez la castaña. Las pastelerías se llenan de gente para comprar los huesos de santo y los buñuelos de viento. En los pueblos de Salamanca, Extremadura y Zamora, durante el Calbote se comen castañas y el resto de frutos secos.
En Cataluña, en la festividad de Tots Sants (en idioma catalán) se comen castañas, boniatos, tortas y los panellets
(el nombre me recuerda a las panelitas de leche que hacen en mi tierra natal) acompañados de vino moscatel durante la madrugada del 31 de octubre al 1 de noviembre. Al frente, atravesando el Mar Mediterráneo en la isla de Mallorca, la celebración de esta fecha tiene un particular encanto: las madrinas regalan a los ahijados un rosario comestible. Los hay solo con fruta, con fruta y bombones o hecho con panallets. A los pequeños se les decía antaño que cada vez que comieran algo del rosario tenían que rezar un Padrenuestro y un Avemaría..., dudo que esta parte de la tradición se mantenga.
En el País Vasco la Gastañerre tiene lugar el segundo lunes después de todos los santos. Los niños preparan una castañada durante la tarde mientras por la noche se celebra una cena en la que la patata (papa) es sustituida como acompañamiento de los alimentos, por las castañas.
Los gallegos celebran el Magosto entre el día 1 y el 11 de noviembre. Siguiendo la tradición de las hogueras de los pueblos celtas se hacen fogatas en los que se asan las castañas para después tiznarse la cara, cantar, bailar y saltar sobre el fuego.
En Cantabria, también el día de todos los santos forma parte de la Magosta. Tradicionalmente se realiza una peregrinación a las montañas en las que se recogían las castañas. Las gaitas, tambores y las canciones montañeras amenizan la degustación de las castañas asadas por todos los asistentes a la fiesta.
Y para terminar en Andalucía, la tierra de donde nos viene el hablao a los costeños, por estas fechas se celebra el Tostón o festival de la castaña, en la que se comen asadas y se bebe aguardiente.
Bueno, esta entrada me ha salido como un popurrí, pero la vida es así. He mezclado la tradición con el impacto que tiene a nivel económico; la religión con lo lúgubre y lo festivo. Espero, que a pesar de todo, haya despertado su interés. Saludos cordiales.
* El número de santos canonizados por la Iglesia Católica supera los diez mil.
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