viernes, 11 de mayo de 2012

La primavera, la sangre altera




El buen tiempo se asoma tímidamente, el frío nos ha dejado. Estaba yo un poco harta de llevar abrigo, bufanda,  leotardos y botas durante tantos meses,  así es que ayer jueves y hoy he sacado mis pintas veraneras, como las que suelo ponerme cuando estoy en Cartagena, para darle la bienvenida al buen tiempo: falda larga y vaporosa, sandalias y blusa con un poco de escote.  El sol brilló el miércoles y fue como un bálsamo después de tantos días grises y lluviosos.  No obstante, hoy otra vez tenemos cielo nublado y sensación de bochorno, pues el termómetro se disparó a 28º. Y yo que ya había escrito cuando comencé a hacer esta entrada “ya parece que se acaban los días grises y  fríos”, con lo cual cobra vigencia el dicho “la mejor palabra es la que no se dice”. 
 
Vivo en Salamanca, como ya lo he dicho en otras ocasiones,  en la Meseta norte española, a orillas del río Tormes y en la frontera con Portugal. En esta ciudad los inviernos son largos y fríos (unos 160 días) y los veranos algo más cortos y calurosos (unos 100 días). La temperatura mínima absoluta observada hasta el momento actual, de -20ºC, se registró el 5 de febrero de 1963, y la máxima absoluta, de 39,8ºC, se registró el 31 de julio de 1947.

Como anoté, la semana pasada fue toda de lluvias pero no se podía refunfuñar porque en esta zona las precipitaciones son poco frecuentes (66 días/año de media) y este invierno 2011-2012 ha sido particularmente seco no sólo aquí sino en toda España. Leí que en una ciudad como Madrid ha sido el período más seco de  los últimos 153 años. Lo que hemos tenido este invierno lo  denominan los metereorólogos "bloqueo anticiclónico" o "situación de bloqueo" y consiste en que las altas presiones están muy cerca de la península más tiempo de lo habitual, a veces semanas o meses, impidiendo la llegada de los frentes atlánticos y sus lluvias.

A ver si ahora por fin podemos decir que ya estamos en primavera, estación que oficialmente se inició el 21 de marzo, pero con esto del cambio climático me temo que se van a tener que replantear las fechas de inicio de las estaciones, pues ha tenido más cara de invierno que de otra cosa. En abril, por ejemplo, nevó en muchas zonas y en febrero, cuando el invierno oficialmente casi culminaba, nevó en Mallorca, la capital de Baleares, en el Mediterráneo, un sitio donde este fenómeno se da muy pocas veces;  la nevada fue tan fuerte y copiosa que no se veía algo parecido desde 1956.

La primavera ha llegado por fin, aunque quede poco de ella, de nuevo oficialmente hablando. Es la estación que representa la juventud,  tan o más idealizada que el otoño, al cual me referí  en su momento, pues es, como se sabe, cuando brotan las flores que alegran el paisaje con su colorido y deliciosas fragancias. Es también la etapa donde muchos animales se reproducen, las aves incuban sus huevos y las abejas ponen los suyos. En cuanto a la especie humana, según una encuesta, un 40% de los españoles considera la primavera como la estación "perfecta" para iniciar un romance. Sin embargo, esta estación tiene una “pega”:  es la temporada de las alergias  en razón de que se da una concentración de polen proveniente de las gramíneas y de algunos árboles como cipreses, olmos, avellanos, álamos, pinos, moreras, sauces, con lo cual a más de uno nos tocará andar con mascarillas para evitar la secreción nasal, la irritación en los ojos y la estornudadera permanente. Pero no importa, no deja de ser una estación primorosa, como lo dice Doña Gabriela Mistral en este bello poema: 

Doña Primavera
viste que es primor,
viste en limonero
y en naranjo en flor.

Lleva por sandalias

unas anchas hojas,
y por caravanas
unas fucsias rojas.

Salid a encontrarla

por esos caminos.
¡Va loca de soles
y loca de trinos!

Doña Primavera

de aliento fecundo,
se ríe de todas
las penas del mundo...

No cree al que le hable

de las vidas ruines.
¿Cómo va a toparlas
entre los jazmines?

¿Cómo va a encontralas

junto de las fuentes
de espejos dorados
y cantos ardientes?

De la tierra enferma

en las pardas grietas,
enciende rosales
de rojas piruetas.

Pone sus encajes,

prende sus verduras,
en la piedra triste
de las sepulturas...

Doña Primavera

de manos gloriosas,
haz que por la vida
derramemos rosas:

Rosas de alegría,

rosas de perdón,
rosas de cariño,
y de exultación.


Saludos para todos!!.

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