sábado, 18 de febrero de 2012
Y empezó el rumbón!
Me imagino a Barranquilla hecha un hervidero de gente en estas horas previas del inicio de la gran fiesta. La vía 40, de corredor industrial aburrido, pasará a convertirse en escenario multicolor y bullanguero por obra y gracia de la Batalla de Flores, el acto central más importante de los festejos: un desfile descomunal de carrozas, comparsas, grupos de baile, y uno que otro personaje de talla nacional o internacional. Dicen que Carlos Puyol, jugador del Barça, se hará presente en el desfile, supongo que con el uniforme de su equipo y un sombrero “vueltiao”. Seguramente se verá a la hija dilecta de Curramba, Shakira, acompañada de su Piqué… No se alarmen, no se entusiasmen; son sus caracterizaciones las que harán acto de presencia en este apoteósico acto para deleite de los miles de espectadores que se ubicarán a lado y lado de la vía, ya sea aguantando el inclemente sol o guarecidos en las casetas que se levantan para la ocasión.
Esto hoy, primer día; el domingo, La Gran Parada, donde sólo se presentan grupos folclóricos tradicionales, cumbiambas y comparsas, mas no carrozas. El lunes el Festival de Orquestas, rindiendo tributo a otro gran ausente, Joe Arroyo, y en el que participarán Richie Ray & Bobby Cruz, La Dimensión Latina, Carlos Vives, Los Hermanos Zuleta y otros más. El martes, el entierro de Joselito.
He sintetizado en dos párrafos los actos principales del carnaval de Barranquilla, pero no se piense que son un festejo más. De eso nada: es la fiesta popular más representativa del caribe colombiano, declarada hace 9 años por la Unesco como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad, una representación de la mezcla de las culturas que se desarrollaron en el Caribe después de la conquista de los españoles. De ahí las tradicionales danzas, cumbiambas, letanías, comedias, comparsas y disfraces. “Quien lo vive es quien lo goza”, reza el eslogan de esta fiesta que reivindica la libertad, porque sólo quien lo vive y se lo goza sabe cuál es el verdadero significado del Carnaval de Barranquilla, memorias que quedarán para siempre en las mentes de los que tuvimos oportunidad de vivirlo.
Y ahora la parte didáctica de todo este “relajo”, para no perder la costumbre. El carnaval es una celebración que se realiza durante febrero o marzo, en distintos lugares alrededor del mundo. Su origen es un poco complicado de determinar. Hasta el momento existen distintas versiones. Algunos dicen que se remonta a los griegos, comparando este festejo con la celebración en honor a Dioniso (cabe recordar que en el carnaval, existe la figura de origen griego, Momo, rey de la burla). Otros aseguran que surge de la cultura romana, encontrando similitudes entre el carnaval y las fiestas de Saturnalia (en honor a Saturno), Bacanalia (en honor a Baco) y Lupercales (en honor al dios Pan).
En cuanto la etimología de carnaval, también hay muchas versiones, algunas basadas en la raíz latina de la palabra carvanal (al traducir Carnevale encontramos que está compuesta de carne - carne y levare - quitar), haciendo relación con una festividad cristiana, ya que el carnaval se realiza justo antes del inicio de la cuaresma, lo que supone el disfrute de la “carne” para dar paso, en teoría, a 40 días de abstinencia y ayunos. Para otros, deriva de Carrum navale que se refiere a un festejo de burla o locura.
En fin, aunque no hay una respuesta puntual sobre el origen del carnaval, lo cierto es que para todos es una oportunidad para olvidar un poco las preocupaciones y dejarse llevar hacia un mundo lleno de colores, bailes y alegría, para esconder tras una máscara o careta las preocupaciones cotidianas, y transformarse en arlequín, demonio, personaje o animal fantástico, de esos que sólo existen en nuestra imaginación.
Gran diferencia existe entre la celebración del carnaval en el hemisferio norte y el sur, ya que el carnaval en Latinoamérica, por ejemplo, coincide con los meses de verano, las vacaciones y un momento de relativa calma en la vida cotidiana en estas regiones. De hecho, el fin del carnaval en muchos países marca el verdadero comienzo del año. Diferente es lo que sucede en el hemisferio norte, donde el carnaval cae en plena época de trabajo en que el ritmo de vida cotidiano es más vertiginoso. Son entonces considerados como “Fiestas de Invierno“.
Algunos carnavales del mundo son famosos, emblemáticos y legendarios como el Carnaval de Brasil, el más grande; el Carnaval de Montevideo, el más largo que se celebra durante 45 días, o el Carnaval de Venecia, con todo el misterio y la belleza que rodea al uso de las famosas máscaras. En cuanto a España, sin duda los más conocidos son los Carnavales de Cádiz y los de las Islas Canarias, de los cuales me hubiera gustado hablar un poco pero luego se me hace esta entrada muy larga. Será el año que viene... si Dios quiere.
Buen carnaval para los amigos de Curramba y hasta la próxima.
martes, 7 de febrero de 2012
Ya viene La Guacherna!
El viernes 10 de febrero se celebra en Barranquilla, conocida también como Curramba La Bella, el tradicional desfile de La Guacherna, el evento nocturno más importante de los precarnavales y la primera gran prueba de fuego, antes de la Batalla de Flores y la Gran Parada, para cumbiamberos, garabatos, marimondas, son de negros, mapalé, congos, mejor dicho todos los grupos folclóricos, cumbiambas, tamboras y disfraces que participarán de lleno en los carnavales.
Este año participarán 393 grupos folclóricos que iniciarán un recorrido de 4 kilómetros por toda la carrera 44, desde la Calle 72 hasta el Barrio Abajo, para deleitar a casi 400.000 asistentes durante las 8 horas aproximadas que dura el desfile.
Esta será la primera guacherna sin Esthercita Forero, fallecida en junio de 2011 y a quien se le conoció como La Novia de Baranquilla. Ella fue la principal impulsora de este festejo y en homenaje, la guacherna llevará su nombre en lo sucesivo. Fue Esthercita, junto con Alicia de Andreis, quienes hicieron que la junta organizadora lo incorporara en 1974 a la programación oficial. Esta adición logra que el festejo adquiera un sentido más espectacular y se convierta en la celebración que anuncia que falta una semana para el comienzo de las carnestolendas.
Faroles de luceros girando entre la noche
la brisa es un derroche de sones cumbiamberos
locura de colores las calles de Curramba
tambores de parranda ahí viene la guacherna.
Ahí viene la guacherna tremenda pa’ gozar
Ahí viene la guacherna me envuelve en su compás
la reina de los barrios, la reina del carnaval
con danzas y mochilas y "abarca e trej puntá"
(Primera estrofa de la canción "La Guacherna", de autoría de E. Forero)
El carnaval de Barranquilla es único en el mundo por su diversidad cultural y por ser una fiesta donde todos son protagonistas, o al menos eso es lo que se pretende. En este certamen, donde participan más de un millón y medio de personas, entre visitantes y locales, el bailarín es espectador y el espectador es bailarín.
Por su variedad y riqueza cultural, el Carnaval de Barranquilla ha obtenido dos importantes reconocimientos: «Patrimonio Cultural de la Nación», en declaración otorgada por el Congreso Nacional de Colombia el 26 de noviembre de 2001, y «Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad», concedida por la Unesco en París el 7 de noviembre de 2003.
En la próxima entrada ahondaré más sobre estas fiestas, sus origenes, y la manera como se festeja a este lado del charco. Un saludo para todos,
jueves, 2 de febrero de 2012
¡Quiero una hamaca!
Para una costeña pueblerina como yo hacer una siesta en hamaca es de las cosas que más se echa en falta. Hará 6 años que pasé unos días en Córdoba (Bolívar), mi tierra natal, visitando a mi hermana mayor. Ella se hizo a la casa de mis padres y dentro de las mejoras que adelantó en lo que era el amplísimo patio levantó un bohío donde tiene colgada un par de ellas. Allí en ese sitio se reciben las visitas de la familia y de los amigos que se acercan a saludar a lo largo del día (menos a la hora de la siesta, je,je que allá también es sagrada) y al vaivén de esta especie de sofá-cama-cuna-columpio, se ponen al día de los últimos acontecimientos.
Si hay un elemento que distingue a los pueblos de la Costa Caribe esa es la hamaca, junto con los taburetes y las mecedoras. El ardiente clima hace de estos elementos algo indispensable para el descanso y, para el caso de la hamaca, puede que para otros menesteres, de los que no me ocuparé hoy precisamente, a pesar de las sugerencias suspicaces que me han hecho cuando anticipé que me dedicaría a hablar de ella.
Las hamacas de Córdoba y de la mayoría de los pueblos de la Costa Caribe provienen en su mayoría de San Jacinto, población a unos 100 kilómetros de Cartagena de Indias, donde más de dos mil artesanas, organizadas en cinco cooperativas, asociaciones y comités, las elaboran con hilazas de algodón y teñidas de vistosos colores con tintes naturales extraídas de plantas nativas, aplicando la técnica heredada de los indígenas zenúes. Al viajar por la carretera Troncal de Occidente se puede apreciar una exposición permanente, a lado y lado de la vía, de hamacas, pellones, mochilas y fajones que con su colorido dan para unas imágenes fuera de serie.
Está aceptado de manera general que el origen de la hamaca se sitúa en la cultura maya, hace aproximadamente 1000 años. En lo relativo a la fabricación de una hamaca tradicional, la forma y técnica de tejer no ha cambiado casi nada hasta la actualidad. Las primeras hamacas se tejían de la corteza del árbol de Hamack. Más tarde esta corteza se sustituyó por el sisal como material preferido para la hamaca, debido a que esta planta abundaba más en el entorno natural y sus fibras eran más suaves y elásticas. El algodón se ha empleado sólo desde hace aproximadamente 60 años para la fabricación de hamacas.
Para los indígenas la hamaca constituyó el único mueble de su cabaña. Ya lo decía Arturo Uslar Pietri “La hamaca era el lecho del indio. Del indio pasó al mestizo criollo. Es cama y sillón del hombre del pueblo. Viene de la más remota y profunda América. Forma parte esencial y por ello mismo de una filosofía de vida”.
Cuando Cristóbal Colón desembarcó en América, observó con curiosidad cómo los nativos descansaban plácidamente en las hamacas. Al regresar a España, se llevó algunas que resultaron muy prácticas para los marineros, ya que reducían el espacio destinado para las camas en los buques y mantenían a los tripulantes frescos a la hora del reposo.
La hamaca en la marina europea duró tres siglos. El material utilizado para ello era un tipo de lona relativamente impermeable, por lo que estas "hamacas navales" resultaban poco higiénicas, además de ser más estrechas e incómodas. Sin embargo, esto no impidió a los ingleses utilizar la hamaca en el siglo XIX, incluso en sus prisiones, pues la hamaca aparte de cómoda, tiene la virtud de que ahorra mucho espacio.
La hamaca ha ido conquistado cada vez más salas de estar y jardines en todo el mundo y desde hace mucho es un elemento imprescindible en el equipaje de muchos de sus admiradores. Se calcula que hay más de cien millones de personas que las utilizan como lugar de descanso diario, sustituyendo totalmente a la cama.
Si hay un elemento que distingue a los pueblos de la Costa Caribe esa es la hamaca, junto con los taburetes y las mecedoras. El ardiente clima hace de estos elementos algo indispensable para el descanso y, para el caso de la hamaca, puede que para otros menesteres, de los que no me ocuparé hoy precisamente, a pesar de las sugerencias suspicaces que me han hecho cuando anticipé que me dedicaría a hablar de ella.
Las hamacas de Córdoba y de la mayoría de los pueblos de la Costa Caribe provienen en su mayoría de San Jacinto, población a unos 100 kilómetros de Cartagena de Indias, donde más de dos mil artesanas, organizadas en cinco cooperativas, asociaciones y comités, las elaboran con hilazas de algodón y teñidas de vistosos colores con tintes naturales extraídas de plantas nativas, aplicando la técnica heredada de los indígenas zenúes. Al viajar por la carretera Troncal de Occidente se puede apreciar una exposición permanente, a lado y lado de la vía, de hamacas, pellones, mochilas y fajones que con su colorido dan para unas imágenes fuera de serie.
Está aceptado de manera general que el origen de la hamaca se sitúa en la cultura maya, hace aproximadamente 1000 años. En lo relativo a la fabricación de una hamaca tradicional, la forma y técnica de tejer no ha cambiado casi nada hasta la actualidad. Las primeras hamacas se tejían de la corteza del árbol de Hamack. Más tarde esta corteza se sustituyó por el sisal como material preferido para la hamaca, debido a que esta planta abundaba más en el entorno natural y sus fibras eran más suaves y elásticas. El algodón se ha empleado sólo desde hace aproximadamente 60 años para la fabricación de hamacas.
Para los indígenas la hamaca constituyó el único mueble de su cabaña. Ya lo decía Arturo Uslar Pietri “La hamaca era el lecho del indio. Del indio pasó al mestizo criollo. Es cama y sillón del hombre del pueblo. Viene de la más remota y profunda América. Forma parte esencial y por ello mismo de una filosofía de vida”.
Cuando Cristóbal Colón desembarcó en América, observó con curiosidad cómo los nativos descansaban plácidamente en las hamacas. Al regresar a España, se llevó algunas que resultaron muy prácticas para los marineros, ya que reducían el espacio destinado para las camas en los buques y mantenían a los tripulantes frescos a la hora del reposo.
La hamaca en la marina europea duró tres siglos. El material utilizado para ello era un tipo de lona relativamente impermeable, por lo que estas "hamacas navales" resultaban poco higiénicas, además de ser más estrechas e incómodas. Sin embargo, esto no impidió a los ingleses utilizar la hamaca en el siglo XIX, incluso en sus prisiones, pues la hamaca aparte de cómoda, tiene la virtud de que ahorra mucho espacio.
La hamaca ha ido conquistado cada vez más salas de estar y jardines en todo el mundo y desde hace mucho es un elemento imprescindible en el equipaje de muchos de sus admiradores. Se calcula que hay más de cien millones de personas que las utilizan como lugar de descanso diario, sustituyendo totalmente a la cama.
miércoles, 1 de febrero de 2012
La bendita siesta
¿Quién no conoce esa sensación de modorra que entra después del almuerzo? Yo no soy yo si no me tumbo a hacer la siesta. Es de esperarse: si me levanto 2 horas antes de que amanezca, pasadas 9 horas de actividad el cuerpo me pide descanso. Y si se tiene en cuenta que estoy durmiendo tan sólo 6 y media horas de las 8 reglamentarias, es comprensible el mal genio que me ataca si algo perturba mi dulce descanso después de comer, en el que repongo fuerzas para seguir en la lucha. Con esto de tener un hijo adolescente que no quiere irse a la cama a las 10:30 como debe ser, me dan las doce de la noche dando la lata. ¡Vete a dormir J.F! digo una y otra vez. La perorata la inicio desde que son las 10, pero más puede el Tuenti y el Facebook que yo, aunque esto es harina de otro costal.
Mucha gente cuando habla de España y las cosas que ha inventado se refiere a la siesta en son de chanza. Las comidas copiosas que caracterizan a este país a la hora de almorzar (o comer como se suele decir acá) son las responsables. En el resto de Europa Occidental, la abundancia se deja para el inicio de la jornada (y claro, al mediodía qué pesadez iban a tener?) por lo cual, según los costumbristas, la siesta resultaba un hábito propio de pueblos con escasa disposición para el trabajo en un medio que permitía generosamente vivir sin mayores exigencias
Pero ¡cómo cambian los tiempos! la siesta ya no es patrimonio exclusivo de este país. Hoy la costumbre de la siesta está más extendida en otras partes de Europa que en el área mediterránea, donde ha perdido adeptos. Un estudio que publicó la revista científica 'Neurology' en 2002, sostiene que no son los españoles los que más duermen sino …los adustos alemanes!. Los resultados de este trabajo, basado en una amplia encuesta telefónica realizada entre 19.000 ciudadanos en cinco países europeos, sorprendieron a expertos y profanos. El 22% de los alemanes aseguraba echar una cabezadita después de comer al menos tres veces por semana, frente al 16% de los italianos, el 15% de los británicos y muy por delante de los españoles (9%) y portugueses (8%).
En China, Taiwán, Filipinas, India, Oriente Medio, Africa del Norte y, como se sabe, en Latinoamérica donde heredamos la costumbre de nuestros colonizadores, el descanso vespertino es habitual.
Personajes como Albert Einstein y Winston Churchill cantaron sus alabanzas. El líder británico aprendió la costumbre durante una estancia en Cuba y fue un entusiasta cultivador de la misma. Sus colaboradores quedaban rendidos mientras a él se le veía tan espabilado a las dos de la madrugada y con ganas de trabajar más, durante los días de la Segunda Guerra Mundial.
Por su parte, Camilo José Cela, uno de los escritores más importantes de la literatura española del siglo XX, y premio Nobel en 1989, con su sarcasmo habitual, ensalzó la práctica y disfrute de esta costumbre. El novelista decía de la siesta que había que hacerla "con pijama, Padrenuestro y orinal" y llegó a definirla como el "yoga ibérico".
Lo cierto es que está demostrado que los trabajadores rinden más por la tarde si se toman ese sueño de veinte o treinta minutos. Al contrario, un sueño más largo podría dejarnos confusos, aturdidos o con dolor de cabeza. Sin embargo, hay que evitar entrar en fases más profundas de sueño en las que despertarse cuesta más, por lo cual el orinal, sobraría aquí, ja,ja.
Antes de continuar, es bueno saber que “Siesta” viene de la expresión latina hora sexta, incluida dentro de la “Regla de San Benito” donde el principal mandato es el ora et labora, con una especial atención a la regulación del horario. Benito de Nursia tuvo muy en cuenta el aprovechamiento de la luz solar según las distintas estaciones del año, para conseguir un equilibrio entre el trabajo (generalmente trabajo agrario), la meditación, la oración y el sueño. Estas normas serían acogidas por la mayoría de los monasterios fundados durante la Edad Media. Ahí tuvo su origen la palabra “sextear” o “guardar la sexta”, que después se deformó en el popular “sestear” o “guardar la siesta”.
Lo que quiero destacar no obstante es el filón que han encontrado los hoteles en esto de la siesta. En España, Suiza y Francia, existen hoteles para hacer siesta. En Paris hace poco se inauguró Zzz…Zen, el primer bar para hacer la siesta del país galo. Y aunque la idea pueda parecer 100% española, la verdad es que los orígenes de estos insólitos establecimientos para hacer la siesta se encuentran en New York y Tokyo, donde éste ya es un servicio de uso común entre la población.
NO sé si en Cartagena existan hoteles u hostales para hacer siesta. Pero ahí tienen una sugerencia, que vendría de perlas para ese clima tan caluroso que tenemos en la Costa. ¿Y qué tal una siesta en hamaca?.
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