jueves, 2 de febrero de 2012

¡Quiero una hamaca!

Para una costeña pueblerina como yo hacer una siesta en hamaca es de las cosas que más se echa en falta. Hará 6 años que pasé unos días en Córdoba (Bolívar), mi tierra natal, visitando a mi hermana mayor. Ella se hizo a la casa de mis padres y dentro de las mejoras que adelantó en lo que era el amplísimo patio levantó un bohío donde tiene colgada un par de ellas. Allí en ese sitio se reciben las visitas de la familia y de los amigos que se acercan a saludar a lo largo del día (menos a la hora de la siesta, je,je que allá también es sagrada) y al vaivén de esta especie de sofá-cama-cuna-columpio, se ponen al día de los últimos acontecimientos.


Si hay un elemento que distingue a los pueblos de la Costa Caribe esa es la hamaca, junto con los taburetes y las mecedoras. El ardiente clima hace de estos elementos algo indispensable para el descanso y, para el caso de la hamaca, puede que para otros menesteres, de los que no me ocuparé hoy precisamente, a pesar de las sugerencias suspicaces que me han hecho cuando anticipé que me dedicaría a hablar de ella.

Las hamacas de Córdoba y de la mayoría de los pueblos de la Costa Caribe provienen en su mayoría de San Jacinto, población a unos 100 kilómetros de Cartagena de Indias, donde más de dos mil artesanas, organizadas en cinco cooperativas, asociaciones y comités, las elaboran con hilazas de algodón y teñidas de vistosos colores con tintes naturales extraídas de plantas nativas, aplicando la técnica heredada de los indígenas zenúes. Al viajar por la carretera Troncal de Occidente se puede apreciar una exposición permanente, a lado y lado de la vía, de hamacas, pellones, mochilas y fajones que con su colorido dan para unas imágenes fuera de serie.

Está aceptado de manera general que el origen de la hamaca se sitúa en la cultura maya, hace aproximadamente 1000 años. En lo relativo a la fabricación de una hamaca tradicional, la forma y técnica de tejer no ha cambiado casi nada hasta la actualidad. Las primeras hamacas se tejían de la corteza del árbol de Hamack. Más tarde esta corteza se sustituyó por el sisal como material preferido para la hamaca, debido a que esta planta abundaba más en el entorno natural y sus fibras eran más suaves y elásticas. El algodón se ha empleado sólo desde hace aproximadamente 60 años para la fabricación de hamacas.

Para los indígenas la hamaca constituyó el único mueble de su cabaña. Ya lo decía Arturo Uslar Pietri “La hamaca era el lecho del indio. Del indio pasó al mestizo criollo. Es cama y sillón del hombre del pueblo. Viene de la más remota y profunda América. Forma parte esencial y por ello mismo de una filosofía de vida”.

Cuando Cristóbal Colón desembarcó en América, observó con curiosidad cómo los nativos descansaban plácidamente en las hamacas. Al regresar a España, se llevó algunas que resultaron muy prácticas para los marineros, ya que reducían el espacio destinado para las camas en los buques y mantenían a los tripulantes frescos a la hora del reposo.

La hamaca en la marina europea duró tres siglos. El material utilizado para ello era un tipo de lona relativamente impermeable, por lo que estas "hamacas navales" resultaban poco higiénicas, además de ser más estrechas e incómodas. Sin embargo, esto no impidió a los ingleses utilizar la hamaca en el siglo XIX, incluso en sus prisiones, pues la hamaca aparte de cómoda, tiene la virtud de que ahorra mucho espacio.

La hamaca ha ido conquistado cada vez más salas de estar y jardines en todo el mundo y desde hace mucho es un elemento imprescindible en el equipaje de muchos de sus admiradores. Se calcula que hay más de cien millones de personas que las utilizan como lugar de descanso diario, sustituyendo totalmente a la cama.

7 comentarios:

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    1. Esto es lo que se llama un comentario elegante, ja,ja.

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  2. Un ejecutivo del banco Mundial acuñó el termino "Economia de la Hamaca", para referirse a la facilidad con que se vive en muchas poblaciones del Caribe. Fue el Libertador Simón Bolívar, un usuario empedernido de la hamaca y en muchas de ellas salvó su vida de los ataques traicioneros.

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    1. Seguramente me dedicaré a hablar de la economía de la hamaca, para combinar dos temas que me apasionan: el costumbrismo y la economía. Gracias por el apunte.

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  3. Muy bueno e interesante tu articulo, sigues depurando y simplificando tus escritos. felicitaciones

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    1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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    2. Muchas gracias, espero poder seguir en esa línea en lo sucesivo.

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